La ciudadanía necesita que los problemas se aborden de frente y sin titubeos, de ahí que sea preciso aclarar que en la toma de decisiones las personas importan más que las maniobras, por lo que hay que escuchar más a quienes saben y conocen sobre ... aquello que hay que afrontar, por encima de dejarnos llevar por las estrategias partidistas y los tejemanejes utilizados para remodelar el Gobierno regional, donde por cierto, a estas alturas, aún está sin saberse quién se ocupará de la Consejería de Educación y Cultura.

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El malestar generado es patente, agravado ante el anuncio de que su responsabilidad caiga en las manos de diputados expulsados de Vox. Nunca se ha vivido en esta Región este cambio de viraje tan descarado ante esta mutación impuesta, por la presión de aquellos que ofrecieron su mano, a cambio de imponer su credo ideológico. La fuerte contestación de la comunidad educativa y de los firmantes del manifiesto a favor de la Cultura ponen en evidencia que no todo vale. En este caso, considero imprescindible que al frente de una Consejería de Educación siempre esté un docente, como ahora ocurre con la actual consejera, que haya estado en las aulas, conozca los centros y que, cuando se ponga delante de los medios, sepa de lo que habla. Lo demás son apariencias, apaños, y denota una falta de respeto a quienes representan. Y, por si fuera poco, ahora se quiere abrir la veda para algunos atrevidos que, sin conocer la partitura, podrán ser los nuevos directores de orquesta y, además, aprovecharán para imponer sus creencias.

A raíz de esta situación surrealista, a mitad de un curso pandémico que hace agua, para quitar y poner a los responsables de las consejerías siguiendo consignas por el efecto de la mercadotecnia, quieren convertir la educación en moneda de cambio, para seguir las estrategias políticas y dejar que algunos postulen y hagan doctrina atacando frontalmente los principios que defiende la escuela pública: democracia, libertad, tolerancia, respeto, diversidad, equidad... Me niego a creer que tengamos este entuerto montado cuando sabemos que el 75% del alumnado de la Región de Murcia está matriculado en la escuela pública, junto a más de 20.000 docentes que, con gran esfuerzo, forman a nuestros escolares y adolescentes. Esto justifica que la prioridad de nuestros políticos sea avalar que siga cumpliéndose la importantísima función de garantizar la igualdad de oportunidades y compensar las desigualdades sociales. Lo demás son otros chismes y patrañas que nos traerán más daño que beneficios.

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