Lo difícil viene ahora

Ese será el primer reto de Vélez: reactivar una organización abúlica, sin apenas pulso interno, propensa al abatimiento. La cita congresual de dentro de quince días le brinda la primera oportunidad, y más concretamente la Comisión Ejecutiva Regional que presente a los delegados para su aprobación. La renovación se da por sentada, pero además, más allá de cuotas territoriales y pago de favores, debe transmitir integración, solvencia, ilusión.

Al mismo tiempo, el nuevo líder de los socialistas murcianos debe resolver lo antes posible dos cuestiones trascendentales: si va a continuar como delegado del Gobierno y a quién va a poner al frente del grupo parlamentario en la Asamblea Regional. Sobre el primer asunto, todo parece indicar que seguirá en el puesto que le garantiza protagonismo público y la brega política diaria con el PP, aunque ello le suponga cargar con parte de la responsabilidad de Pedro Sánchez, del que la mayoría de los murcianos piensan que maltrata a la Región, según la última encuesta del Cemop. Con respecto a la Asamblea Regional, el PSRM necesita un golpe de timón inmediato para intentar recuperar el liderazgo parlamentario y sacar el mayor rédito político de su labor de oposición. Ello supondrá el relevo de Diego Conesa, el secretario general saliente, como portavoz en la Cámara y puede que incluso el abandono de su escaño. Vélez cuenta para estos cometidos con dos de sus principales colaboradores: Francisco Lucas, a quien muchos sitúan como próximo portavoz parlamentario, y a Carmina Fernández, cuyo nombre suena como secretaria de Organización en la nueva ejecutiva.