Manuel Benítez 'el Cordobés' ha reconocido públicamente a su hijo, otro famoso torero llamado Manuel Díaz 'el Cordobés'. El 14 de febrero, las cadenas de televisión reproducían el abrazo entre ambos, la emoción, las declaraciones, el excepcional parecido y hasta los sentimientos que se suponía ... debían experimentar después de 54 años. Las palabras que tanto ansiaba escuchar el vástago salieron de la boca de su padre como si el tiempo no hubiera pasado: «Hijo, todo llega, ya estamos aquí».

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El padre era conocido por los desplantes y ademanes que le hacía al toro, y por un llamado salto de la rana que no sé lo que es, pero imagino parte de la coreografía de la lidia. Este hombre, almacenado en mi inconsciente, encarna la tenacidad ignorante y casposa de aquellos que no se sentían concernidos por su responsabilidad. Representaba la testosterona triunfante incluso sobre el error, pero por lo visto la sabiduría llega lenta, muy lenta; el viejo torero tiene 86 años y seguramente ha aprendido que es mejor lo que suma que lo que emocionalmente le resta a uno.

Digo su edad porque el tiempo, aunque se devalúe constantemente, es importante, y también porque la noticia del abrazo del torero convive con otra que también me deja sin habla. El profesor Tamames, como se le llamaba en mis tiempos, con 89 años, será el candidato de Vox en la moción de censura que esta formación tiene previsto presentar contra Pedro Sánchez. Tamames ha hecho un viaje interesante. Aunque los jóvenes no puedan creerlo, igual que el Cordobés en los ruedos, él tuvo un papel relevante en la vida política y en la Transición.

Era un perfil distinto, casi diría que antagónico. Antifranquista, intelectual, militante del Partido Comunista, concejal del Ayuntamiento de Madrid con Tierno Galván, fue abandonando posiciones y retirándose hasta que, de pronto, aparece prohijando a Abascal en Vox. En este país siempre queda un hueco imprevisible para el surrealismo patrio, aunque quién sabe... Anhelo escuchar el discurso del opositor cuando se presente la moción; a su edad no tiene nada que perder y Tamames siempre tuvo un cincel exquisito y desnudo en su discurso, eso en política es una rareza interesante.

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Quizás para desalar la política estéril y de enfrentamiento tengamos que crear un consejo de ancianos, como se hace en las comunidades indígenas. Demostrado está que la juventud, tan empoderada y con tanta hormona, ha cogido afición al ring y no sabe bajar a la arena. Lo mejor de este país es que nunca se sabe lo que se tiene que saber, por lo que la sorpresa está asegurada.

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