En este tipo de situaciones, la gente suele decir frases como «no somos nadie». La cultura popular asume que el 'no ser nadie' nos hará ... más ligera la pérdida, menos aterradora. Pero la verdad es que Vincen 'era' con una fuerza inconmensurable. Con sus manos destensaba el mundo y su acento italiano mecía las técnicas que mitigaban el dolor del otro, de muchos. Cuántos cuádriceps, cuántos sóleos, tantos psoas, isquios, trapecios, manguitos se quedan sordos sin tus brazos.

Publicidad

Eras en el sentido amplio de la palabra, sabiendo estar, correcto, metódico y entregado. Curioso, inquieto, veloz y, a la vez, cauto. La profesionalidad hecha persona, qué paradoja que falle un corazón tan sólido y lleno. En el nuestro quedarás para siempre.

Mi espalda, con la que tanta guerra te di, hoy se eriza al despedirte. Estarás en todos nosotros, en cada uno de los que conocimos tu mirada, tus pijamas de dibujitos, tu «¿va todo bien, señorita?», tu pasión por el deporte y por la fisioterapia, tu absoluta entrega al trabajo y a la vida. Descansando alguna noche suelta para tomarte una buena pizza napolitana con tus amigos. Claro que eras y seguirás siendo, Vincen. Descansa en paz.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes por 1€

Publicidad