Aunque lo intenté con todas mis fuerzas, nunca conseguí formar parte de la clase media; por tanto, difícilmente lo consiga en el otoño de mi ... vida. La humildad no está reñida con la elegancia y el buen vivir. Desde mi más tierna infancia me enseñaron a trabajar e intentar ahorrar para no depender de la usura que, una vez que te adentras en ella, te esclaviza por los altos intereses que te impone por disponer de su peculio. Para los que anteponemos la calidad a la cantidad, no se nos ocurriría contratar pisos turísticos por alargar nuestro periodo de ocio.
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Afortunadamente, las cadenas hoteleras y la red de paradores de nuestro país nos ofrecen una amplia oferta de servicios que no encontramos en un frío apartamento turístico, que no deja de ser una prolongación de tu rutina diaria, pero perdiendo todas las comodidades de tu hogar.
Es fácil quejarse de los 'codiciosos' que desalojan a vecinos de toda la vida de sus inmuebles en alquiler para convertirlos en un negocio más rentable y que deshumaniza los cascos históricos de las ciudades.
Además de lamentarnos cuando vemos salir a ancianos que llevan toda su vida viviendo en la misma finca y tienen que buscar otra residencia más cara y perdiendo los vínculos con su parroquia, mercado de abastos, su farmacéutica de toda la vida... Intentemos no contribuir a ello evitando el consumo de ese modo de alojamiento invasivo.
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