El otro día discutiendo con mi hijo adolescente, me di cuenta de que mi relación con él es como la de Murcia con las pedanías, por lo menos con la mía. Yo soy esa que paga el IBI religiosamente, pero tiene una biblioteca anticuada sin ... acceso para minusválidos y gente mayor. Soy esa que paga el sello del coche, pero tiene cada vez más difícil el acceso al centro o más caro (parking o transporte público). Sin salas de estudio, sin espacio para las asociaciones del pueblo, sin carriles bici. Todos ciudadanos del municipio, pero en distinto grado, desde luego.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad