El calor era una tema de conversación de ascensor, un recurso para matar el silencio en un trayecto de medio minuto. El calor, o el frío, eran una muestra de cortesía. El civismo dándole forma a lo intrascendente. Pero he aquí que el calor ha ... pasado a ser un tema de enjundia, algo que solo podría abordarse en el ascensor de los rascacielos o en la parsimonia de un viejo montacargas. Es necesario un tiempo mínimo para introducir el cambio climático, el cientifismo y una memoria al estilo Proust para recuperar todos los veranos de nuestras vidas con un fin evocativo y al mismo tiempo estadístico para llegar a la conclusión de que hace mucho calor.

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En Ferraz, y también en la Moncloa, han llegado a la misma conclusión. Bueno, realmente, Ferraz y Moncloa son la misma cosa. El PSOE de Sánchez es un partido con toques de cesarismo. De modo que el clima en la sede del Gobierno y en la del partido es el mismo. La temperatura corporal de Pedro Sánchez es el termómetro del socialismo. Los cambios que se van a hacer acentúan aún más ese afán monolítico. María Jesús Montero, sustituta de Adriana Lastra, mantendrá su ministerio. Haciendo un juego de palabras bastante burdo decían que Lastra se había convertido en un lastre en los últimos tiempos. Su interpretación del resultado de las elecciones andaluzas fue, desde luego, extravagante, pero no cree uno que se pueda dar a Lastra como acabada políticamente.

Lo que sí parece acabado es aquel viejo concepto, según el cual el partido definía la estrategia política y el Gobierno las ejecutaba. Aquel tándem ya verdaderamente histórico que formaron Felipe González y Alfonso Guerra y que acabó como el rosario de la aurora. Sánchez lo tuvo claro desde el principio y ahora que el sofoco aprieta lo tiene aún más claro. Las calderas del barco socialista hierven. La nave de la gaviota se acerca con cien cañones por banda y viento en popa a toda vela. Todos a sudar en el ascensor de Ferraz/Moncloa. Si en los elevadores de la ciudadanía se habla del cambio climático, en los de los edificios socialistas el cambio climático es el que ya apuntan hasta las encuestas del señor Tezanos. Arde España, arden los termómetros y tienen que ponerse a arder las bielas del socialismo. La cumbre de la OTAN se ha desvanecido como una leve brisa en medio de una bocanada incendiaria de inflación y malos augurios. Ante la ola de calor nos aconsejan prudencia y evitar los exteriores en las horas más duras. Sin embargo, en Ferraz/Moncloa, si quieren revertir la situación, tendrán que pisar mucho la calle. A cualquier hora y a ser posible sin coche oficial.

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