Morón. Tu ya sabes, perdona que te diga, que en política unas veces te empluman y otras te despluman, o sea, que a menudo hay quien se queda en cueros o pelechando. No faltan ocasiones ni para lo uno ni para lo otro. Unos se ... quedan como el gallo de Morón, es decir, cacareando y sin plumas. Y otros , ni eso. López Miras, a lo que vamos, dedicó el día de los penchos a emplumar y desplumar a sus consejeros con el pretexto de darle cuerpo a una remodelación que se venía gestando, mínimo desde el verano, y que no se había llevado a cabo porque antes había que asegurar la votación de los presupuestos. En el reparto de papeles, ya te digo, Mabel Campuzano ha jugado el del gallo de Morón y su cacareo ha sido tan fuerte que anuncia nunca más votar a partido alguno. Compartir grupo con sus ex, Carrera y Liarte, va a ser un trago amargo para ella. Aunque lo cierto y verdad es que a esta disparatada legislatura le quedan cuatro telediarios. Al desplume se apuntaron rápidamente Isabel Franco y Valle Miguélez quienes, según mi enano infiltrado, ese pequeño tribulete que en todas parte se mete, no atraviesan el mejor momento en sus relaciones personales. La doctrina Miras por la que el Gobierno tenía que afrontar la precampaña con consejeros del pepé, las situaba a ambas al borde del cese. Pero el presidente tenía y tiene en alta consideración a Isabel por los servicios prestados y por la lealtad demostrada. Así que al final no se decidió, aunque Campuzano va diciendo que le aseguró lo contrario. Así que vicepresidenta y consejera se han quedado pelechando, porque se les han caído bastantes plumas, pero, al menos, siguen en el palomar.

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Marcos. Y puestos a emplumar, el presidente no se ha andado con rodeos para señalar a su delfín, a su barón de barones. Marcos Ortuño, recibido con recelos cuando arribó a San Esteban desde la alcaldía de Yecla, ya es el indiscutible número dos. Presidencia y portavoz. Blanco y en botella. Lo que se presumía ya es una realidad. Cuando llegue el momento de hablar de carrera sucesoria, Ortuño estará, está, en primera posición de salida... y de saludo. El yeclano se lo ha currado estos meses haciéndose omnipresente en fiestas, eventos, festejos, celebraciones, bodas, bautizos y comuniones. Ofrece cara amable, encaja bien los reveses. Es el hombre de confianza del presidente por lo que, sin pretenderlo (o quizás sí), Fernando lo ha puesto en la diana. Escudero mayor del reino. No sé si felicitarte o compadecerte, Marquitos, conociendo cómo se las gastan algunos con esto de los delfinatos.

Barones. Y máxime cuando los otros barones regionales del pepé hace tiempo que no ejercen. Patricia Fernández ya no recorre la Región bajo el mote de la 'Ayuso murciana'. La archenera, cuyo valor político es incuestionable y muy mal haría Feijóo en no recuperarla en un futuro, ha curado sus heridas y está centrada en su feudo. Ha aprendido bien de sus errores. Es consciente de que un político jamás debe perder su relato, por muchas fechorías que reciba, y que para aspirar a altas cotas en política no se puede tener mandíbula de cristal. Lista e inteligente, condiciones que no siempre se dan juntas, Patricia se ha curtido en la adversidad. José Miguel Luengo es otro que tal baila. Cayó en desgracia porque en Génova tenían apuntado su nombre muy ligado al de Teo García. Pero ya se ha encargado él de hacer buenos mimbres con Miguel Tellado, la mano derecha de Feijóo, con quien suele partir y departir. Él dice estar centrado en San Javier, pero siempre está ahí. Su influencia ha sido fundamental para que el otro Luengo, Antonio, se mantenga en el Gobierno, pese al lógico desgaste que acumula. Su vecina Visitación Martínez siempre le ha hecho ascos a salir de San Pedro. Y Joaquín Buendía, que tiene bien probado saber jugar a dos bandas, reúne los requisitos feijonianos (mayoría absoluta) pero de momento que se sepa no ha sacado tique.

Consejeros. El fichaje de Conchita Ruiz (hija de Ruiz Abellán te lo digo por aquello de la casta y el galgo) es a mi juicio un gran acierto del presidente. Las políticas sociales suponen un sector importante y una baza considerable de cara a las elecciones. Conchita viene a hacerse cargo de una competencia con trascendencia en el pepé. Y llega para quedarse y para establecer una nueva etapa no solo en el Gobierno sino también en el partido donde el ciclo de Violante Tomás parece definitivamente caducado según se comenta en la sede popular. La incorporación de Juan María Vázquez a un área con Medio Ambiente ofrece muchas incógnitas, aunque estoy dispuesto a dejar que me las despeje el propio interesado. En cualquier caso, mira lo que te digo. Está bien que Roma no pague a traidores. Pero estaría mal que el pepé no pagase a los bien mandados. Y Juan María, de hacer bien los mandados, sí que sabe un rato. En Educación, la solución ha sido más mecánica que política porque en la práctica, Víctor Marín aterriza donde estaba. Rebeca Pérez y Quino Segado estuvieron en la quiniela, pero al final Miras optó por no tocar al equipo de Ballesta en su punto clave, las pedanías, ni remover el banquillo del grupo parlamentario.

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