Soy fan de Rigoberta Bandini. La canción 'Ay, mamá' me parece hipnótica. Hay un verso que me conmueve, ese que dice «a ti que tienes siempre caldo en la nevera». Me acuerdo entonces de mi madre. Ella siempre tenía caldo en la nevera. Mi madre ... hacía unas sopas extraordinarias. No es un verso vulgar, todo lo contrario. Está lleno de verdad. Tener caldo en la nevera es una propuesta de futuro. Me gusta mucho Bandini. La reivindicación de la maternidad que se hace en su canción es juguetona, tierna, y a la vez contundente. La puesta en escena de la canción, que llevo vistas unas cuarenta veces en internet, me parece bellísima. La forma de bailar de Bandini y de las otras cantantes que salen en el vídeo promocional es fascinante. Se cogen del brazo y escenifican el célebre cuadro 'La libertad guiando al pueblo' de Eugène Delacroix. Mueven las manos con una gracia iconoclasta. Luego hay otra cosa que me fascina, y es la pronunciación y distorsión acústica y fonética de la palabra «mamá», que es una palabra atávica.

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La música pop ayuda a veces a una sociedad a dar un paso adelante en sus concepciones morales, sociales y políticas. Y esta canción lo hace. Bandini se mueve por el escenario, junto con las otras cantantes, chicos y chicas, de una manera festiva y así vincula la maternidad a una manera de bailar. Soy un adicto a esta canción. A lo largo de la historia de la música popular hemos visto cómo el corazón y la libertad crecen gracias a una canción. Yo siempre me acuerdo de Elvis Presley, que cambió el mundo. El final de 'Ay, mamá' reivindica las tetas de las mujeres. Lo hace con una fuerza épica que te toca el corazón. Me quedo con esa manera de gritar la palabra «mamá». Y Bandini dice esa palabra con una gracia nueva en la lengua castellana. Es una repetición salmódica e infantil de esas dos sílabas prodigiosas: ma-ma-ma. Nadie antes había dicho esa palabra primigenia de una forma tan heterodoxa, tan ametralladoramente dulce. Recuerdo el 'Mamy Blue' de los Pop Tops, un éxito de los años 70, que también invocaba la palabra madre.

Cada cierto tiempo las madres reaparecen en la música pop. Sin embargo, la canción de Bandini se aleja de los tópicos con que ha sido vista la maternidad en la música. Bandini es una innovadora, una rompedora. Yo creo que reinventar la maternidad es una buena cosa; llenarla de significados nuevos, como hace esta canción de Rigoberta Bandini. No solo reivindicar la maternidad como el primer logro biológico de la vida, sino también convertirla en alegría y en belleza y en revolución.

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