Diferente. A ver si te lo explico para que me entiendas. Cuando llegas a la política desde la empresa privada tu gestión pública es diferente. No te voy a decir que es mejor o peor, eso que lo juzguen la historia, la hemeroteca y ... la ciudadanía, pero sí es distinta. Cuando vienes de empresas, en mi caso de periódicos y emisoras de radio donde tienes que optimizar recursos, reinventarte a diario, generar ingresos, marcar la actualidad, ingeniar novedades, cuidar la identidad corporativa, potenciar la competitividad y perseguir la excelencia. Cuando llegas, en definitiva, de buscarte la vida cada día porque camarón que se duerme se lo lleva la corriente de la competencia, acabas gestionando la cosa pública con esa misma impronta. No te queda otra.

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Cuando Valcárcel me llamó para dirigir la comunicación de su gobierno incluyó en el mismo paquete a un señor con aspecto de inspector de hacienda apellidado Fayrén y a un sujeto, Juan Bernal, con hechuras de auditor con manguito que te perseguía con un bolígrafo sobre la oreja y un paquete de folios bajo el brazo, ya que tenías que escribirle cada semana los objetivos alcanzados y los cuartos gastados. Te daban cuatro euros, pobres y escasos duros en aquellos tiempos. Y tú tenías que hacer milagros. Nos ha jodido mayo con las flores.

Donde no hay pasta tiene que haber ingenio, me dije. Y me fui para los madriles donde, gracias a Dios, nunca me han faltado buenos amigos y buenos contactos. Entre ellos, Miguel María Delgado, un murciano que por entonces andaba de gerifalte en Prado del Rey que me hizo de embajador. Quizás recuerdes que TVE dejaba unos espacios en blanco durante poco más de un minuto en todas y cada una de sus desconexiones territoriales. Así que el zagal de provincias se plantó en el despacho del poncio comercial del Ente, Eduardo Olano, un mallorquín fino e inteligente, y le propuso un plan:

Las 'colas de difusión' llevaron las imágenes de la Región a los hogares españoles en nueve mil ocasiones

–Te compro esos espacios neutros y vacíos por los que no ingresas ni un duro; y los rellenamos con imágenes de la Región de Murcia.

Arcadia. Nacieron así las colas de desconexión en el 97. Y aquel primer año la Región de Murcia se convirtió en una Arcadia feliz apareciendo en los hogares españoles en 8.829 ocasiones, lo que supuso 620.756 segundos de emisión. Ese tiempo, para que me sigas entendiendo, cronometrado todo junto, era como si TVE no hubiese emitido otra cosa durante siete días completos, siete, que las imágenes del Mar Menor, Águilas, Mazarrón, el castillo de Caravaca, el Teatro Romano, los bordados lorquinos o los viñedos del Altiplano. Y cuando les dije a mis 'supertacañones' Fayrén y Bernal que la inversión apenas había costado 63 millones de pesetas (trescientos y pico mil euros) el boli casi les cuelga del bullarengue.

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Hermosa. Ya puestos, acordamos con la dirección del Ente un programa de escenarios en exteriores, una gala en La1 y en el Canal Internacional en la que ellos ponían los recursos técnicos y el personal cualificado y nosotros, a través de una productora, los contenidos. Veinticinco años se cumplen ahora de aquellas galas 'Murcia, qué hermosa eres' que resultaron un éxito de repercusión indiscutible. Las opiniones pueden convencer, los datos arrastran: en diez años emitidos a nivel nacional e internacional la fórmula alcanzó una audiencia acumulada de más de 45 millones de espectadores (a 3,5 millones de promedio por gala, más las de los programas de verano que se emitieron desde las Gredas de Mazarrón en 2003 o la posterior Gala de Carthagineses y Romanos celebrada en Cartagena con el mismo convenio), asistieron en directo más de cien mil murcianos y los impactos obtenidos son incalculables sumando las millonarias reproducciones a día de hoy de los vídeos en YouTube o las múltiples veces que diversos espacios reemiten en 'prime time' las actuaciones de Shakira, Rocío Jurado, Marc Anthony, Ricky Martin, Bryan Ferri, Paulina Rubio, Il Divo, Mónica Naranjo, Chayanne, de la 'spice girl' Gery, Bisbal, Rosa, Isabel Pantoja, Carlos Vives o nuestros Mari Trini, M-Clan o Maldita Nerea, entre otros muchos.

Rentable. La clave radicaba en lanzarse a la calle para conseguir patrocinios de empresas privadas. Por ello las diez galas costaron solo un millón y medio de euros palmo arriba, palmo abajo. Lo mismo que la reciente campaña publicitaria anunciada por el Gobierno regional. Y hasta ahí puedo llegar porque a veces, con todos los respetos, las comparaciones son realmente odiosas. La fórmula 'Murcia, qué hermosa eres' fue un rotundo éxito. Eficacia a bajo coste, decían los editoriales de los periódicos. La prueba del algodón debió ser que nos la copiaron hasta seis comunidades autónomas. Hay quien piensa que aquellas 'galas vintage' hoy no servirían. No sé yo qué decirte viendo lo que hacen algunos aquí, allá y acullá. Lo importante es que aquella, nuestra Arcadia, sigue siendo hermosa. Y a más de uno que nos quiten lo bailao.

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