Los pájaros visitan al psiquiatra/ Las estrellas se olvidan de salir/. La muerte pasa en ambulancias blancas/. Pongamos que hablo de Madrid».

Publicidad

Sí, pongamos que hablo de Madrid, repito con el gran Sabina. Madrid (junto a Murcia, claro) es mi ciudad. Es la ciudad de ... mi juventud, de la transición política y después de la Movida, gozosa y desesperada.

Madrid es la ciudad donde bajaba la escalera Sánchez Harguindey para recibirme y recomendar buscar temas a los que ellos no llegaban en 'El País', todavía muy joven periódico (¡Ay!). Madrid es la ciudad en la que me recibía Manolo Ríos Ruiz, en la revista 'Cuadernos Hispanoamericanos', dirigida en ese entonces por Luis Rosales. Manuel me daba todos los meses una novedad poética de la cual yo hacía una reseña (¡madre mía, a mis veinte años haciendo crítica literaria!) y con ello intentaba comer algo, sobrevivir.

Por ejemplo, comía un bocadillo de calamares en cualquier freiduría de Atocha (¡de Atocha!) después de dar un lento paseo por la Cuesta de Moyano, donde entonces todavía se encontraban joyas literarias. Por ejemplo, yo encontré, casi temblando de la emoción, 'Los siete pilares de la sabiduría', de Lawrence de Arabia, y aún no existía edición alguna. Madrid es la ciudad de las salidas con Brines y Pepe Hierro y junto al yerno de este, aspirante a poeta, como yo, en paseos divertidos por tabernas.

Publicidad

Con el yerno de Hierro y otros jóvenes escritores resucitamos 'La Pluma', la revista de Azaña, y logramos sacar algún número. Madrid era también el feroz terrorismo etarra. Recuerdo el atentado contra Telefónica. Yo pasaba por delante todos los días, en esa época, vivía por Cuatro Caminos. Muchos años después vino el atentado de Atocha –yo ya no estaba allí–, terrible, del que se cumplen veinte años, con ese personaje miserable manteniendo –todavía hoy lo mantiene– que los asesinos no estaban en desiertos o montañas lejanas. Desolación de Madrid. Fuerza de Madrid.

Madrid es ese lugar donde los taxistas blasfeman y gritan y son todos, ¡ay!, del Atlético. Madrid es ese lugar herido por las bombas o celebrado por un viejo profesor, Tierno Galván, que inauguraba la Movida. Durante la Transición leí en un muro esta pintada: 'Madrid es un error, vámonos'. Yo hice caso, me fui, pero regreso siempre. Esa vieja y nueva ciudad que se deja odiar, pero también amar. Sí. Pongamos que hablo de Madrid.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad