Confieso una cosa: no entiendo a Sánchez, no entiendo su reciente movida, como no entiendo la performance montada hace dos sábados en Ferraz y sus aledaños. Será, claro, por mis cortas luces, pero el caso es que no lo entiendo. Con lo de la amnistía ... me indigné –y así sigo–, pero aquello lo entendí enseguida, era muy fácil: Sánchez necesitaba los votos de Junts para gobernar. Hasta ahí llegaban mis cortas luces. Entenderlo lo entendí, pero aceptarlo, no; amnistiar a un personaje despreciable –por muchas razones– como Puigdemont se me hace insoportable. Qué le vamos a hacer, lo llevaré con resignación cristiana.

Publicidad

Pero sobre lo del retiro espiritual a sus aposentos, no es que esté de acuerdo o en desacuerdo, sencillamente, es que no lo entiendo. Ya digo, será cosa de mis cortas luces. Nadie –o casi nadie– sabe qué pasó por la cabeza del presidente. Se ha especulado con que en su vocación de estratega por sorpresa se haya sacado un conejo de la manga, como hizo con el adelanto electoral al día siguiente del desastre en las municipales; pero también se especula con que fuese en serio, no de farol, y que realmente el hombre estaba deprimido y harto de insultos o de ataques a su señora y familia.

Pero yo no entiendo. Ya saben, mis cortas luces. Sea como sea no estoy seguro de que le salga del todo bien la jugada. Los insultos y acusaciones seguirán, incluso aumentados. Con Cataluña lo tiene difícil, pues aunque gane Illa, como anuncian las encuestas, es posible que no pueda gobernar el candidato socialista, porque si lo hace, por ejemplo, con los republicanos, Junts se lo hará pagar en Madrid dejando caer a Sánchez. De momento, Puigdemont se ha burlado de los días de asuntos propios de Sánchez y ha redoblado sus insultos. Puigdemont también se la juega, pero sabe que tiene a Sánchez cogido por semejante sitio.

No sé cómo acabarán las cosas –mis cortas luces no dan para tanto–, pero yo creo que está bien que se suban las pensiones, los sueldos, que aumente el trabajo. La coalición de Sumar o antes Podemos, ha empujado mucho en esa dirección. Una pena que no se siga avanzando en esa dirección. Pero ese es otro asunto. Ya veremos en qué queda todo esto, verdades, mentiras y cintas de vídeo. En qué quedan las esposas, los novios, los hermanos, los cuñados, las mascarillas... Yo, de momento, me coloco una sin comisión, me llega un olor insoportable.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad