Lo del patinete, o patín, comienza a ser una plaga. Ya desde hace tiempo, los viejos patines eran algo molesto en las ciudades, así como otros utensilios que los jóvenes, o no tanto, utilizaban para saltar por paredes y bancos, demostrando sus habilidades sin importarle ... a quien se llevaban por delante. Lo molesto no es el utensilio en sí, cualquiera de estos. El problema es que no circulaban en espacios acotados, sino por donde les daba la gana, aceras, plazas, jardines y cualquier lugar, generalmente lleno de personas, mayoritariamente ancianos que pasean y toman el sol.
Publicidad
Después llegaron los patines actuales pero gimnásticos, sin motor, digamos, no entiendo nada de esto. Pero ahora la plaga son los patines mecanizados. Pero lo que ocurre con estos automóviles (que es lo que son) es que alcanzan velocidades de treinta o cuarenta kilómetros, es decir, la velocidad máxima que se suele permitir en ciudades, o sea, que en ese sentido son verdaderos coches. Pero con una diferencia no pequeña, que salvo alguna excepción de locos psicópatas o borrachos, los automóviles no circulan por encima de las aceras ni se saltan los semáforos cuando pasan los peatones.
Y los de los patinetes motorizados sí que lo hacen. Es más: no respetan nada, ni los semáforos en rojo, ni los pasos para peatones. Son un verdadero peligro. Naturalmente, hay excepciones, hay gente educada y respetuosa con las leyes urbanas. Como no tengo coche utilizo con frecuencia el taxi (me sale más barato que tener coche) y parloteo con los taxistas, de esto y lo otro, y con frecuencia del tráfico, de las numerosas obras que dificultan los recorridos... Y es muy habitual que el taxista me diga: «El problema son los patines, son un peligro». Ellos se refieren a que se cuelan por todas partes sorpresivamente, dada su delgadez.
Pues eso, habrá que reglar este asunto, porque no son uno ni dos, son centenares circulando todos los días por plazas, calles, peatonales o no, aceras, y con conductores de cualquier edad. Si son vehículos (automóviles) motorizados, y lo son, tendrán que serlo con todas las consecuencias. En las circunstancias actuales son un peligro.
Publicidad
Lo de la 'bronco-manía' acelerada e irritante de las motos es otro asunto del que habrá que hablar otro día. De momento hay que cambiarle el eslogan a Sánchez: España no va como una moto, España va como un patín. O peor: sobre un patín.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.