Siempre lo he dicho: no soy el mayor fan de Sánchez, y esto no tiene nada que ver con ideología ni con votos. Simplemente, que no es precisamente mi héroe intelectual, que nunca me pareció una lumbrera. Ahora bien, evidentemente es un hombre tenaz y ... hábil. Por ello me pareció sorprendente su papel y actitud en el debate que mantuvo con el señor Núñez Feijóo en televisión.
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Se ha dicho que Feijóo ganó el debate (seguramente) y que estuvo agresivo, arrollador, presidencial y no sé cuántos elogios más. Ganar no lo dudo, vamos, lo que se considera ganar en estos casos, es decir, el que mejor ha llevado a cabo una determinada representación al margen de programas y otras cosas sin importancia. Bueno, pues yo considero que no es que Feijóo estuviese bien (estuvo como es, inexpresivo, tirando a esfinge), pero es que Sánchez estuvo sorprendentemente mal, sobre todo teniendo en cuenta que es hábil en estos avatares. Para mí que se había tomado algo, tal vez unos callos a la manera de Oporto, que diría Pessoa.
Y mira que Feijóo le dio oportunidades para el lucimiento, mira que deslizó mentiras evidentes, como que el PP votó a favor de la subida del salario mínimo y tantas otras. Pues nada, ni por esas. O la parodia de la firma para que gobernara el más votado. Sánchez se ofuscó repitiendo un nombre, Vara, de forma ininteligible.
En un debate posterior, a siete, el PSOE estuvo representado por Patri López. Desde luego, López tiene más experiencia y más capacidad que Sánchez. De manera resolutiva, en veinte segundos, despachó a la representante del PP, y además con gracia: recordó la nariz a lo Pinocho que se le ponía al PP y que le llegaba hasta Canarias, donde el PP acababa de pactar para que no gobernaran los socialistas, que fue la lista más votada. La señora Gamarra solo pudo sonreír beatíficamente como diciendo: tienes razón, me has pillado. Y tantos otros ejemplos posibles.
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Quizás Sánchez, además de tomarse los callos, se ofuscó en defenderse a sí mismo de los ataques 'ad hominem' con lo del sanchismo (el sanchismo también es subir el salario mínimo, las pensiones...). Lo tuvo muy fácil frente a alguien como Feijóo que, la verdad, es bastante gris. Pues nada, ya no se trata de que gane el mejor. Entre malos anda el juego.
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