Vergüenza: estos días ya he oído decir a algunos conocidos e incluso apreciados amigos lo esperable. «Esto es lo de siempre, lo de toda la vida, en verano hace calor y en otoño siempre llueve, esto son las cabañuelas, lo de toda la vida». Vergüenza. ... Los negacionistas, estos sí, son los de toda la vida, los de siempre. Yo no sé si es ignorancia, si se trata de paranoia enfermiza o, únicamente –suele ocurrir– simples y vergonzantes intereses económicos y especulativos a corto plazo. Pero a estos últimos el tiro les va a salir por la culata.
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Hace un tiempo leí un informe –científico, no esotérico, no firmado por Bosé– que señalaba a Baleares y Murcia como las comunidades más afectadas por el cambio climático a corto plazo y con las serias consecuencias que ello tendría para el turismo. Consecuencias nefastas, claro. Y consecuencias económicas. Pero ya se sabe que 'mientras rule no es chamba' y que yendo yo caliente que se ahogue la gente. Pero estos días, viendo y oyendo informativos, escuché a un experto decir que la zona más amenazada por este tipo de fenómenos, multiplicados y potenciados por el cambio climático, es La Manga del Mar Menor. Pero ya se sabe, para algunos quienes dicen esto son gente comprada por el oro de Moscú.
Pues sí, está anunciado por los científicos –no por los influencer de pacotilla–: La Manga desaparecerá. Para eso tal vez falte todavía bastante tiempo. Pero de forma más inmediata los turistas no van a venir si como en Baleares o en Murcia tenemos veranos con olas de calor insoportables seguidas de fuertes tormentas y de vez en cuando –cada vez con más frecuencia– danas terribles, como la de ahora, que pongan en peligro incluso su vida.
Al Gobierno regional es recomendable pedirle que haga todo lo que pueda y más, pero pensar que un gobierno puede arreglar esto por sí solo sería una bobería. Es un problema universal para el que quizás ya sea demasiado tarde. Y si un país solo puede hacer algo sería necesaria la contribución de todos los gobiernos regionales y del Gobierno central.
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En fin, tal vez a partir de ahora lo urgente será hacer planes e inversiones para que estos sucesos sean lo menos dañinos posible y al mismo tiempo ir acostumbrándonos a otro clima y, por lo tanto, a otra manera de vida con situaciones distintas, ya veremos. Acostumbrémonos a la lógica de lo peor. Y mientras tanto líbrenos Dios de los negacionistas. Y de Bosé.
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