A raíz del suceso 'embarazoso' de la señora Ana Obregón me surgen algunas reflexiones o dudas. He de decir antes que a mí esta señora me cae bien, además de que me parece muy guapa, y ello a pesar de los numerosos afeites practicados en ... su cuerpo para intentar paliar los estragos de la edad. Pero hay cosas que no me parecen naturales ni decentes moralmente, sin que esa moralidad tenga nada que ver con el uso del cuerpo propio o con la sexualidad.

Publicidad

Por ejemplo, tampoco me parece natural que una señora de setenta años quede embarazada, pero también esa persona puede hacer lo que quiera con su cuerpo si no fuera porque va a condicionar la vida de un futuro niño o niña, que tendrá una mamá con la edad de ser casi su bisabuela. Sé que tal vez sorprenderá que piense así o que, por ejemplo, en general, me muestre en contra de los matrimonios en los que el hombre (o la mujer) triplique la edad de su pareja. En este caso se pueden entender, como excepciones, esas uniones de un intelectual muy mayor con pareja joven. En estos emparejamientos suele darse una admiración, un aprendizaje maestro alumna, o viceversa, un acompañamiento, aunque a veces también el interés, claro. Sin embargo, en ocasiones funcionan, ahí está el caso célebre de Borges y María Kodama, entre otros.

Pero volvamos al caso de la señora Obregón. Ahí no es el propio cuerpo el afectado, sino el de otra persona, un vientre de alquiler, y, sobre todo, el futuro que puede aguardar al niño/a nacido. En este asunto no pretendo ser muy original, no pienso de forma muy diferente a como piensa la mayor parte de la ciudadanía o de las autoridades, como estamos viendo estos días. En España está prohibido el vientre de alquiler, en otros países no.

Quien alquila su vientre también muestra una desesperación económica, aunque habrá casos de todo tipo. En el futuro, relativamente lejano, cambiará el sentido de la paternidad, de la familia y, consecuentemente, el de la orfandad o el de la filiación, por ejemplo, pero hoy, todavía, lo 'natural', pese a los avances médicos y culturales, es que la hembra, y de otra forma también el macho, esté programada para engendrar a una determinada edad y, a ser posible, en vientre propio.

Publicidad

La cultura, la educación o la evolucionada moral aún no nos han desgajado del todo de la naturaleza que somos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad