Mi amigo Paco Bernabé, el que fuera alcalde de La Unión y hoy senador por el Partido Popular, cuelga en las redes sociales una imagen suya hospitalizado tras una intervención quirúrgica –al parecer leve, menos mal– celebrando su buena recuperación, dando las gracias a los ... sanitarios y celebrando el buen funcionamiento de la sanidad pública de la Región.

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No me extraña que la operación haya sido un éxito ni tampoco que los profesionales que lo intervinieron y cuidaron en el postoperatorio sean excelentes porque en general lo son. Yo creo en la sanidad pública. Fíjense si creeré que pudiendo pertenecer a la sanidad privada (soy funcionario y pertenezco obligatoriamente a Muface) en cambio permanezco voluntariamente en la pública, en la Seguridad Social.

Ahora bien, eso de que la sanidad murciana funciona extraordinariamente... no sé. Yo creo que, como las de otras comunidades, funciona solo regular y que es manifiestamente mejorable. Todo lo que es elogiable pertenece a sus profesionales, a su enorme esfuerzo. Es verdad que hay excepciones, hay algunos malencarados, pero como ocurre en todas las viñas del Señor. En general, son magníficos y magníficas, esforzados. En otros países se los rifan. Ahora bien, el apartado político funciona tan mal como en otras muchas comunidades. Más o menos.

Un ejemplo reciente que sirve para conclusiones generales. A un conocido, en un análisis rutinario, le aparecieron síntomas de una afección que es propia de hombres, como el coñac Soberano. Vamos, que mi amigo visitaba mucho el baño. Eso fue por octubre del año pasado. Su médico de atención primaria lo envió al especialista. Semanas después tuvo esa cita. El urólogo le recetó unas pastillas y le mandó otra serie de pruebas.

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Fueron llegando esas pruebas en distintos espacios sanitarios. En el proceso transcurrieron semanas y meses. Si lo que buscaban era descartar, o no, algo cancerígeno, a mi amigo le dio tiempo de morirse. Por fin hace unos días, con todas las pruebas reunidas, feliz, acude a su hospital de referencia a pedir de nuevo cita con Urología. La funcionaria,impávida –ella no es culpable de nada– le da la cita: ¡primera semana de diciembre! ¡Seis meses más tarde! Más de un año después de iniciado el proceso.

¿Todo bien? No tanto. La sanidad española es magnífica, sus profesionales están entre los mejores del mundo. Aquí la atención médica es general, universal, y me parece muy bien, pero, claro, faltan profesionales por todas partes, y la consecuencia es que se produzcan estas largas esperas, A ver si por fin mi amigo deja de ir tanto al baño.

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