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Hace unos días escuché en un programa de televisión decir a un contertulio lo siguiente: si Trump disparara en la Quinta Avenida contra la gente y matara a diez personas, sus seguidores le seguirían votando. Es más, es posible que parte de esos seguidores le ... votaran aún con más entusiasmo. Esa frase sobre Trump se dijo mientras se hablaba del tipo este que salió eurodiputado –de cuyo nombre no quiero acordarme–, el de Se acabó la fiesta, y de sus 'tratos' con ese de la criptomoneda, de cuyo nombre no me acuerdo (la Justicia sí se acuerda) que ha reconocido haber estafado a miles de personas.
La estafa de este otro individuo cripto-monetario es la típica estafa piramidal. Increíblemente todavía hay mucha gente que se cree estas cosas y otras más absurdas, como en las películas de Tony Leblanc o de los hermanos Ozores había paletos que viajaban a Madrid y se tragaban el timo de la estampita. Y también como hay, todavía hoy, gente que se cree a los trileros de la calle Sierpes de Sevilla. Se entiende que haya algún extranjero despistado que se crea este timo, pero es que ves a nacionales meterse confiados en la boca del lobo de estos trileros.
De manera que al 'pobre' luchador patriótico ahora eurodiputado puede que se le acabe la fiesta. Es muy sinvergüenza y trilero, pero no es muy listo: ha ido dejando rastros probatorios de sus delitos por todas partes, hasta presumiendo de ellos. Puede que se le acabe a él la fiesta, eso espero, pero dará igual en un aspecto: buena parte de sus seguidores seguirá apoyándolo y ahora pensarán que todas las fuerzas del mal de los poderosos se han concentrado contra él porque es un Robin Hood moderno que roba a los ricos para dárselo a los pobres. ¡Madre mía! Y si ya no pueden votarle a él votarán a otros 'sucesores' que vendrán.
En fin, que dará igual que Trump asesine a la gente en la Quinta Avenida neoyorquina o que estos impresentables patrios estafen a la gente y presuman de ello. Dará igual. Les seguirán votando. Hay una parte de jóvenes que, ante su negro futuro, caen en un nihilismo vengativo contra los grandes partidos; pero hay otra gente que siempre está en una especie de paranoia conspirativa. Y esos no cambiarán. Espero al menos que algunos de sus héroes salvapatrias acaben en chirona.
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