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Una especie de repugnancia

Rivera cayó por vanidad, pero quedó la extrema derecha complicándole la vida a los conservadores. A ellos y a todo el país, claro

Martes, 24 de septiembre 2024, 01:07

Los nuevos argumentos con que los guionistas de nuestra actualidad han estrenado septiembre apuntan a desatar los lazos que restan entre las opciones políticas moderadas. Se alejan los acuerdos que llamamos solemnemente «de Estado» y parecen imponerse las estrategias que aumentan la tensión y buscan ... el descrédito de los oponentes. Probablemente la puesta al día de la política española respecto de otros países relevantes con problemas de emergencia de extremismos comenzó con la campaña regalada a Pablo Iglesias en ciertos medios. Así fue promocionado como líder, luego fallido, de la justa indignación que provocó la creación y colapso de la burbuja inmobiliaria copiada a los maestros de la estafa legal en Estados Unidos. Ahí se produjo el fraccionamiento de las cómodas mayorías relativas de los socialistas. La derecha imitó el error y un tal Rivera abrió en canal a los conservadores que se desangraron por su izquierda y por su derecha hasta llegar a menos de cien diputados. Rivera cayó por vanidad, pero quedó la extrema derecha complicándole la vida a los conservadores. A ellos y a todo el país, claro.

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