En la campaña política en la que estamos inmersos, nos ofrecen una enorme cantidad de propuestas de toda índole. Desde tener bus gratuito pasando por ... 20.000 euros, si todavía somos jóvenes, a una bajada generalizada de impuestos. A veces parece que estamos en una subasta y que votaremos al que nos ofrezca más cosas. La influencia en el voto de este aquelarre de ofertas es una de las cuestiones que se estudia en la ciencia política. Algunos autores destacaron, hace décadas, cómo este cúmulo de propuestas, segmentadas por multitud de variables, era una de las grandes desventajas de la democracia representativa. Se proponían multitud de promesas que, en muchas ocasiones, eran incompatibles entre sí y eso provocaba decepción y apatía entre los ciudadanos. ¿A quién creer? ¿en quién tener confianza si prometían sabiendo que no era posible cumplir todo lo que decían?

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Podríamos considerar que cuando se prometen cosas que no se cumplen, o se cambia radicalmente la posición que el líder, o el partido, ha sostenido, o eso tendrá un precio político. Lo sensato sería pensar que, como mínimo, eso producirá una cierta pérdida de confianza y, quizás, un cambio de voto. Pero no es así. Un antiguo ministro de Felipe González, y catedrático de sociología, José M. Maravall, escribió, hace mucho, mucho tiempo unos trabajos que se han convertido en imprescindibles en nuestra lengua, precisamente sobre esta cuestión. ¿Existe realmente el control de los políticos cuando nos enfrentamos, de forma permanente, a escenarios en los que faltan a sus promesas de campaña? La respuesta es que no. No existe ese control. Podemos preguntarnos la razón. Y la literatura politológica plantea, desde multitud de estudios donde se comparan muchísimos casos, muy pocas opciones. Una. Los políticos dicen que se comprometieron sin conocer toda la información. Cuando ganaron se dieron cuenta de que no tenían razón en lo que prometieron y cambiaron. Dos. Hicimos la promesa sabiendo que no podíamos cumplirla. Lo que hacemos después es convencer a nuestro electorado de que es mejor lo que ahora les proponemos.

En castellano antiguo: nos mienten y nos manipulan a partes iguales. Y, en vista de los resultados, parece que nos da igual. Todos los estudios muestran como no castigamos con nuestro voto. Estos días nos enfrentamos continuamente a esta cuestión. Hay algunos que mienten más que hablan, como dice el refranero. Pero hay otros temas también especialmente relevantes a considerar en la campaña.

La democracia es la opción que, mayoritariamente, percibimos como el modelo político en el que queremos vivir. Es el único que nos asegura, y no sólo de forma teórica, la libertad para vivir como nos parezca. Ese es el elemento que más destacamos en España cuando nos piden valorar el régimen político con el que contamos en las últimas décadas. Quizás por eso, de forma mayoritaria, se ha votado a partidos políticos que, desde planteamientos ideológicos diferentes, han gobernado para la mayoría de los ciudadanos mientras respetaban con sus políticas a las minorías. Eso era el tan denostado bipartidismo. Lo acompañaban unos partidos más pequeños que representaban a otras sensibilidades. La enorme producción legislativa de los últimos 46 años ha permitido, cada vez más, que una inmensa mayoría de ciudadanos encuentre que puede desarrollar sus, distintas y diversas, opciones vitales. Y ello a pesar de que nadie vive en su mundo ideal. Pero de eso va la democracia. De respeto y de libertad. En los últimos tiempos, sin embargo, un partido está en contra de esa libertad y de ese respeto. Convencidos están de que sólo es posible vivir de una determinada manera. La suya. Aterroriza y espeluzna, a partes iguales, considerar que lo voten después de conocer su última propuesta programática que acabaría con cuatro décadas de consenso y convivencia. El avance de las sociedades, de la humanidad, sólo es posible con el respeto a los que no son ni piensan como nosotros.

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Uno de los recientes libros traducidos de la novelista, periodista y política italiana, Natalia Ginzburg, 'Vida Imaginaria', es un recopilatorio de un gran número de los artículos que publicó en algunos de los periódicos más importantes de Italia. En uno de ellos destaca como la única elección que se nos permite en la actualidad es estar del lado de aquéllos que mueren o sufren injusticias. Al lado de aquellos que no son ni piensan como nosotros.

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