Halcones y palomas en la UE

Primera plana ·

Las protestas de los agricultores en la antesala de las elecciones europeas están propiciando una congelación del Pacto Verde. Hoy las prioridades son otras porque la gran preocupación es la Rusia de Putin. Ursula von der Leyen, que quiere repetir en Bruselas, pone ahora el foco en la competitividad y la capacidad militar de la UE

Domingo, 25 de febrero 2024, 07:38

Mañana es un día clave para la agricultura y la ganadería europea. Mientras el sector murciano se manifiesta en Madrid en una gran movilización nacional, este lunes se celebra el Consejo de Europa de Agricultura y Pesca, donde los ministros de los 27 intentarán dar respuesta a las protestas del sector primario. El Ejecutivo comunitario llevará una propuesta para reducir la carga administrativa que pesa sobre los agricultores. Una promesa de simplificación que contempla reducir al 50% las inspecciones nacionales a las explotaciones y una exención de la vigilancia especial para las granjas de menos de 10 hectáreas. Medidas que se suman a la suspensión ya anunciada de la obligación de tener el 4% de la tierra en barbecho y del plan para reducir a la mitad los pesticidas en el año 2030.

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Soplan vientos de cambio en la UE ante la cercanía de las elecciones europeas del 9 de junio. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, anunció el lunes que quiere volver a ser candidata y ya empieza a percibirse un giro en sus prioridades. En los meses previos a las últimas elecciones europeas de 2019 quienes protestaban en las calles eran los colectivos medioambientalistas que pedían acciones decididas y urgentes contra el calentamiento global. Y quienes subían en las encuestas entonces eran los partidos verdes europeos. Ahora es la derecha más radical la que asciende en los sondeos, mientras intenta rentabilizar electoralmente el malestar de los agricultores y ganaderos que en las últimas semanas bloquearon las calles de Madrid, Berlín, París, Bruselas... La situación es muy diferente a la de 2019. El diario digital Politico, con sede en Bruselas, subrayaba esta semana que las preocupaciones de los europeos no están hoy tanto en el cambio climático (pese a los últimos años con récords de elevadas temperaturas medias) como en la inestabilidad económica, la inmigración, la inflación y las consecuencias de la invasión de Ucrania. Con la presidenta de la Comisión a la cabeza, la gran inquietud de los líderes de la UE reside ahora en la Rusia de Putin. Entramos en el tercer año de guerra en Ucrania, con el autócrata del Kremlin amenazando a los países bálticos, deshaciéndose de disidentes (Navalni) y de desertores (el piloto asesinado en Alicante), y con la posibilidad de que Trump deje a su suerte a la OTAN si vuelve a la Casa Blanca en noviembre. Para ganarse el apoyo de sus propias filas, partidarias de congelar el Pacto Verde, Von der Leyen puso este lunes el énfasis en la necesidad de que la UE gane en competitividad y en capacidad militar. La candidata está transitando de paloma verde a halcón militar, dicen en Politico. La prueba de este giro copernicano es la posibilidad de abrir una revisión de los fundamentos de la propia PAC, según la propuesta de la Comisión que mañana discutirán los 27. Si quiere volver a repetir en la presidencia comunitaria, la exministra de Merkel sabe que debe ganarse la confianza de los suyos para hacer frente, a partir de junio, a un reparto de fuerzas en el Parlamento Europeo muy diferente al de hace cinco años, lo que le obligará a encontrar apoyos diferentes y fijar nuevas prioridades, todo ello sin renunciar a los principales objetivos de su política verde.

Lo llamativo es que, según un análisis de Euronews, no se han cumplido más de la mitad de las promesas lanzadas por Von der Leyen en la presentación de la estrategia de 'la Granja a la Mesa'. De las 31 acciones anunciadas, quince no han despegado y la relativa a los pesticidas fue retirada antes de iniciarse. Solo se avanzó en la parte de esta estrategia que afecta precisamente a los agricultores. Las normas sobre bienestar animal están paradas. Y también se frenó un plan para etiquetar los envases de los alimentos en función de indicadores de salud nutricional, al igual que otra iniciativa de etiquetado en base a criterios de sostenibilidad y procedencia. Ahora están en fase avanzada de tramitación nuevas normas sobre certificación de eliminación de carbono en las granjas, sobre edición genética y desperdicio de alimentos, pero todavía están pendientes de aprobación.

A la postre, el coste de la transición verde ha recaído casi exclusivamente sobre las espaldas de los agricultores, afectados por una caída de rentabilidad que está asociada a otros muchos factores, como el incremento de costes, la competencia desleal de terceros países y la venta a pérdidas. Es muy posible que sus protestas sigan teniendo efectos en el actual contexto geopolítico. Lo paradójico es que a medio plazo son los agricultores los más beneficiados de todas esas medidas medioambientales que recomiendan los científicos de forma contundente. Y es que no hay otro sector productivo que dependa tanto de la naturaleza, del clima, de la biodiversidad, y de la disponibilidad de agua y tierra cultivable de calidad.

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