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Un tranvía de Murcia, en la parada situada frente a la Biblioteca Regional. Ros Caval / AGM
Primera plana

Un deseo llamado tranvía

El único asunto que suscita un acuerdo político unánime en la Región es la necesidad de ampliar este transporte público. El Gobierno de López Miras tendría que liderar su expansión y ese compromiso debería tener reflejo en los Presupuestos regionales

Domingo, 6 de octubre 2024, 07:35

La ciudad de los 15 minutos es un concepto de planificación urbana, creado en Francia por el profesor colombiano Carlos Moreno, que aboga porque los servicios básicos esenciales estén al alcance de toda persona en cualquier punto de la ciudad en menos de un cuarto de hora, caminando o en bicicleta, para reducir las emisiones contaminantes y ganar calidad de vida. Expertos del Centro de Investigación Enrico Fermi de Roma acaban de publicar un estudio en la revista 'Nature Cities' donde analizan, y luego visualizan en una web, qué cerca están 10.000 ciudades de todo el mundo de ese modelo en el que idealmente los vecinos puedan satisfacer sus necesidades sanitarias, educativas, laborales, recreativas... cerca de sus hogares.

Algunas ciudades europeas, como Zurich, Edimburgo, París, Londres y Barcelona, se están aproximando a ese modelo más rápido que otras. Unas causas son de índole histórica, otras se derivan de la apuesta por espacios urbanos como las llamadas 'supermanzanas'. En todos los casos, un factor determinante es la densidad de población. El mapa de los investigadores italianos refleja que solo en los 'cogollos' de Murcia, Cartagena y Lorca se cumple con los criterios de los 15 minutos, frente a lo que se aprecia en pedanías y barrios periféricos. En grandes zonas de las áreas metropolitanas de esas localidades de la Región, los vecinos están a media hora de distancia caminando del conjunto de servicios básicos. De forma al menos parcial, esas desigualdades podrían abordarse con una mejor planificación urbana, en el caso de los nuevos desarrollos, y una reubicación más eficiente de los equipamientos. En Murcia es más difícil por su gran dispersión territorial de población y su deficiente transporte público. Si aspira a ser una ciudad de 15 minutos, además de fomentar el desarrollo de sus pedanías, tendría que apostar por la movilidad sostenible, con peatonalización de espacios, carriles bici y transportes públicos eficientes, como el tranvía.

El caso de Murcia es paradigmático porque su transporte público, impropio de la séptima área metropolitana de España por habitantes, no termina de solventarse a lo largo de los años pese a su clamorosa necesidad. Ni el plan de movilidad puesto en marcha por el anterior equipo de gobierno del PSOE, ni los cambios que recientemente introdujo el actual ejecutivo del PP, gozan de una generalizada aceptación porque subyace ese deficiente sistema de transporte público. Uno de los pocos asuntos en los que hay un acuerdo político y ciudadano es en la mejora de la movilidad con la ampliación del tranvía hasta la futura estación intermodal de El Carmen. Hasta ahora el tranvía ha beneficiado al norte y centro de la ciudad, pero el sur sigue descolgado. La demanda, mientras, no para de crecer. El tranvía de Murcia puede acabar este año con 8,4 millones de viajeros, lo que supondría un crecimiento del 14%, un 50% más que antes de la pandemia. Eso ha obligado a reservar la compra de dos nuevos convoyes para reforzar el servicio. Por otro lado, extender el tranvía hasta Molina de Segura fue el único acuerdo firmado por todos los partidos con representación en la Asamblea en el debate sobre el estado de la Región. De momento, lo único que hay sobre la mesa es el anuncio del exconsejero Pancorbo (Vox) de que se realizarían estudios informativos para pedir fondos europeos. Nada más se ha vuelto a saber, más allá de un cruce de reproches entre Vox y PP por la falta de noticias.

La ampliación a El Carmen está al alcance de la mano por la sintonía visible entre el Ayuntamiento de Ballesta y el Ministerio de Transportes, que se concretará pronto en la firma de un protocolo para desarrollar y financiar la obra. Nada se logrará, no obstante, si el Gobierno regional se pone de perfil. Esta semana dijo que no conoce en detalle lo que las otras dos administraciones están perfilando. No sé si desde la Glorieta se ha puesto al corriente a San Esteban del protocolo, pero la impresión que da el Ejecutivo regional es la de desentenderse de la movilidad en el área metropolitana de Murcia. Históricamente, el entendimiento entre el Ayuntamiento y el Gobierno regional, pese a ser del mismo signo político, ha sido malo en términos prácticos, para desgracia de la ciudadanía. Por el contrario, en Málaga, Madrid y Alicante son los Gobiernos autonómicos quienes asumen el liderazgo del transporte público y le dan un peso político de primer nivel, siendo los principales financiadores de metros y tranvías.

López Miras debe implicarse. No se puede acusar al Gobierno central de ningunear a una de las grandes áreas metropolitanas y no liderar aquí el desarrollo del transporte público. En catorce años no se ha construido un solo kilómetro de autovía autonómica, pero tampoco un solo km de tranvía. No basta con reclamar a Madrid un buen servicio de Cercanías entre Murcia y Cartagena, la llegada cuanto antes del AVE a la capital turística de la Región y la conexión del Corredor con el Puerto. Es preciso que el Gobierno regional haga su parte y asuma el liderazgo de la expansión del tranvía. Esa implicación debería concretarse en los Presupuestos regionales. No pueden ir pasando un año tras otro sin más avances en transporte público que los derivados de las infraestructuras estatales, reactivadas con los fondos europeos. Velar por el derecho a la movilidad con soluciones de bajas emisiones es un punto del Pacto por las Infraestructuras de Transporte en la Región de Murcia. Hágase pues de una vez ese deseo llamado tranvía.

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