Abril, 1931. Se convocan elecciones municipales, la monarquía de Alfonso XIII está en horas bajas, el fracaso de la dictadura de Primo de Rivera, no ... enmendado por la 'dictablanda' de Dámaso Berenguer, el desastre del Annual y el posible escándalo si el 'informe Picasso', que denunciaba la corrupción de la administración, saliera a la luz, son motivos más que suficientes para que los españoles de forma contundente den la victoria a los partidos republicanos en las grandes capitales. Al conocer el veredicto de las urnas, S. M. proclama en un manifiesto: «Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo». Al volante de su automóvil Duesenberg llega a Cartagena y embarca en el buque de la Armada 'Príncipe Alfonso' rumbo al exilio del que nunca volvería.

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Este pasado domingo el pueblo español, convocado a las urnas para elegir ayuntamientos y comunidades autónomas, le ha dado tal bofetada a don Sánchez que no es que solamente haya perdido el cariño de su pueblo, sino que se ha quedado casi sin dentadura. Su megalomanía, su acendrado narcisismo, le han llevado a cometer el error de proponer estas elecciones como un plebiscito a su persona y a su gestión, protagonizando toda la campaña en vez de permitir que alcaldes y presidentes autonómicos lo hicieran en sus respectivos territorios. Así un día tras otro, dilapidando nuestros dineros con estrambóticos regalos anunciados en mítines con discursos inacabables, robando fotografías con líderes mundiales, ha llevado al sanchismo y a sus socios podemitas y 'sumaritas' a la más estrepitosa derrota. Mención aparte merece el ascenso de Bildu: el blanqueo con que Sánchez ha beneficiado a un partido que sigue la estela de los más abyectos y sanguinarios terroristas ha dado pie al triunfo de los filoetarras en Vitoria y casi casi en Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra. Bravo, don Sánchez.

La ola azul, a la que gráficamente se refirió en la noche triste del sanchismo el alcalde de Valencia, ha hecho naufragar la nave socialista comida por la broma del sectarismo, podrida de mentiras, con el lastre de leyes infames, agujereada por las trampas y los trágalas, para llevarse en su naufragio a los abismos a alguno de sus detestables tripulantes.

Su narcisismo le ha llevado a cometer el error de proponer estas elecciones como un plebiscito a su persona

En nuestra querida Región, la cosa no iba a ser diferente. En varios municipios la mayoría absoluta obtenida les permite gobernar en solitario –hay que destacar el triunfo de Ballesta en la capital–; en otros necesitará del apoyo de Vox, que ha tenido un gran crecimiento para detentar la vara de mando. López Miras no ha podido llegar a la mayoría absoluta, pero sí a la suficiente para gobernar, y ha dejado a Vélez más tieso que la mojama y a Ciudadanos, sin voz ni voto.

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Hay que rematar la fiesta, el sanchismo está herido grave pero no acabado. Para terminar la faena quisiera ver a Feijóo y Abascal allá y a López Miras y Antelo acá reunidos en paz y concordia, cerrando unos pactos tan necesarios de presente como de futuro. Julio está a la vuelta de la esquina y hay que afianzar las alianzas para conseguir un gobierno capaz que enderece el rumbo de esta España nuestra. Los lideres políticos del PP y de Vox tienen que hacer alarde por una y otra parte de la generosidad y alcance de miras exigible a los hombres de bien dedicados al noble arte de la política, y presentar unos proyectos reales capaces de ilusionar a este noble pueblo.

Este es tu epitafio, señor don Sánchez, no puedes seguir gobernando con los perdedores podemitas que te culpan a ti y a los analfabetos españoles que no los han votado de su estrepitosa derrota; tus otros socios peneuvistas e independentistas, por uno u otro motivo, no están muy contentos contigo, solo te quedan los bilduetarras, y estoy convencido de que los socialistas ya no te ven como el líder único, el deseado, por eso has tenido que convocar elecciones anticipadas, no has tenido más remedio. Lo que te debe preocupar es que lo que ocurrió el domingo revela claramente que no tienes hoy el amor de tu pueblo, y de aquí a julio no lo vas a recuperar. Solo te queda un camino, a ti que te has creído el rey del mambo, el del exilio.

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