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'Felis silvestris catus' en una imagen tomada en un entorno natural de la Región. Santiago Conesa
El gato montés va a peor
Nuestra Tierra

El gato montés va a peor

Los resultados preliminares del primer censo nacional sobre la especie apuntan hacia un declive, también en la Región de Murcia, que lleva a los especialistas a pedir una revisión de su estatus legal para poder protegerlo mejor

Martes, 9 de mayo 2023, 01:28

No son buenos tiempos para nuestro felino original: el gato montés ('Felis silvestris silvestris'). Mientras sus primos de ciudad, los 'Felis silvestris catus', plantean un serio problema medioambiental por su excesiva proliferación, la especie salvaje nativa del viejo continente supone otro quebradero de cabeza importante para los ambientalistas por la vía contraria: se está quedando sin espacio.

En el I Sondeo Nacional de Gato Montés, que se ha estado desarrollando en los tres últimos años para dar con él, apenas se ha registrado una decena de ejemplares. Francisco Conesa, que ha participado en estas actuaciones coordinadas desde la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid por Emilio Virgos, concreta que los resultados se han obtenido de la colocación de una docena de cámaras en unas 2.000 hectáreas durante dos meses. «Se han muestreado las tierras altas entra Calasparra y Moratalla, con un resultado de 2-3 gatos, una densidad muy baja; otra por la zona de Gebas, con 4-5 gatos (esta puede ser de lo mejor de Murcia), y la tercera zona por la sierra de Altaona: 2-3 gatos y muy lejos entre ellos», detalla. Los números, algo imprecisos debido a que no siempre es posible confirmar que el animal que aparece en el fototrampeo es el mismo captado antes en la misma u otra cámara, son malos.

En total, se han estudiado cerca de un centenar de puntos en toda España y Portugal para poner al día la situación del 'Felis silvestris silvestris'. La conclusión no es buena. De hecho, la I Jornada Técnica Nacional de Gato Montés, que tuvo lugar los pasados 22 y 23 de abril en el Parque Natural de Lagunas de Ruidera, en Castilla-La Mancha, y donde se presentaron los resultados preliminares de este estudio, ha constatado «una tendencia regresiva a nivel nacional», que ahora «ofrece un escenario muy preocupante para la conservación de este felino en la Península Ibérica». Tanto es así que los especialistas reunidos en el encuentro manchego ya advierten de que «el estatus legal actual del gato montés no se corresponde con la situación real de la especie, según la información disponible sobre la tendencia, distribución y tamaño de sus poblaciones».

Los naturalistas creen que el animal debería ser catalogado 'en peligro de extinción'

Las dificultades para evidenciar la presencia de una serie tan sigilosa, y ahora también tan escasa, como esta, justifican la elaboración de «este censo a nivel peninsular». Con él, explica Conesa, se trata de «poder determinar su estado actual que parece más preocupante de lo que se pensaba». «Aquí», precisa, «se han muestreado puntos en los que se conoce que hace unos años había gato y ahora no pudimos detectarlo». Rubén Vives, naturalista de Ecologistas en Acción, coincide en la existencia de «un consenso científico de que las poblaciones de gato montés están en declive y por tanto debería ser catalogado como especie en peligro de extinción».

Gato montés captado en un fototrampeo del pasado diciembre. S. Conesa

Cuidar la salud y el entorno

Si a principios de 2022, consultado por LA VERDAD, Conesa ya mostraba un cuadro oscuro de la situación del gato montés en la Región, al volver a ser preguntado ahora reconoce que se han producido cambios desde entonces, pero «para peor». ¿Por qué? «No se sabe a ciencia cierta», afirma Vives, «pero probablemente son un conjunto de factores los que ha llevado a la especie a esta situación», y cita la «pérdida de hábitats, la falta de presas, el trampeo, la hibridación con el [gato] doméstico, atropellos...».

Algunas de las causas de su declive son la pérdida de hábitats, la falta de presas, el trampeo y los atropellos

«Desde el año pasado han aumentado parcelas con placas solares, otras se están construyendo y además hay más en proceso», añade Conesa. En la actualidad, pone como ejemplo, «se está instalando una planta solar con la que han arrasado una zona donde es frecuente el paso de gatos monteses, incluso podrían criar allí, y es posible que en breve tengamos que decir que era frecuente».

Francisco Almansa, presidente de la asociación conservacionista Meles, con sede en Alhama, coincide con la necesidad de cambiar el estatus del gato montés para reflejar su declive actual, y que de esa forma goce de un mayor nivel de protección. «Aunque no hay muchos datos, todo indica que el gato montés puede estar más bien en la categoría de vulnerable que en la de protección especial», como figura ahora en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA). La reciente I Jornada Técnica Nacional de Gato Montés concluyó con la recomendación directa de «iniciar el procedimiento para revisar la categoría legal de amenaza del gato montés a nivel nacional», tanto en el marco de la CEEA «como en los catálogos autonómicos de especies amenazadas».

El primer sondeo nacional de la especie solo ha registrado una decena de ejemplares en las tres zonas de la Región estudiadas

'El libro rojo de los vertebrados de la Región de Murcia', editado en 2006, recoge su tendencia regresiva en grandes áreas de Europa, pero, en cambio, afirma que en España «se considera que sus poblaciones se mantienen estables, con densidades localmente más elevadas que en Europa». Para la Región de Murcia, el documento oficial reconocía la inexistencia de estudios detallados, si bien apuntaba a una presencia centrada sobre todo en el área comprendidas por las sierras de Columbares, Altaona y Escalona (en el límite de Murcia y Alicante) y la mitad noreste del Campo de Cartagena. El técnico de la Comunidad Autónoma Nestor Yelo, que fue el encargado de elaborar esas páginas dedicadas al gato montés, admitía hace un año que desde 2006 no se había avanzado mucho más en el conocimiento del estado de la especie, más allá de la continuación de su declive en el continente, que algunos indicios llevaban a pensar que aquí también se estaba dando. Los nuevos datos confirman esa «tendencia regresiva» sospechada.

Ejemplar fotografiado por una cámara nocturna. Alberto García Quesada

Junto a los males expuestos que pueden explicar el declive, Almansa incluye «la proliferación de colonias felinas, sobre todo, en ambientes rurales». Si bien se muestra muy prudente ante la falta de datos, mientras no salen a la luz todos los recopilados por el primer sondeo nacional. De momento, precisa, «no podríamos decir que [su situación] está peor que otros años, porque no hay datos suficientes». Sí se conoce mejor su presencia en Sierra Espuña, donde se le lleva estudiando desde hace tiempo «y se ha comprobado que está presente» en una parte del parque, al contrario que en otras, donde parece verse afectado «quizás por la escasez de su presa preferida, el conejo, que tiene poca presencia en el parque, además de otros factores como el urbanismo, cambios en usos del suelo por regadío, el aumento del uso público...».

La investigación, realizada en los tres últimos años en la Península, muestra «un escenario muy preocupante»

Almansa intuye, además, un posible descenso de la población ante la llegada del lince a la Región, «que se sabe de otras zonas donde hay estudios que puede que elimine gatos domésticos pero también algunos monteses».

Furtivismo y veneno

El futuro del gato montés por estas tierras, «por desgracia», se lamenta Conesa, pinta «muy incierto y preocupante». La destrucción de su hábitat, por «carreteras, placas solares...», denuncia, «crece a pasos agigantados y no se hace nada por evitarlo». Al fenómeno también contribuye el furtivismo, «todavía se siguen usando venenos y otras artes prohibidas», asegura, y apunta, en la línea de lo expuesto por Almansa, a la necesidad de «investigar» cómo le afecta «la reintroducción del lince a su población, ya que es posible que tengan que compartir los mismos territorios, tan escasos y en los que posiblemente solo quede el más grande».

Decálogo a favor de la supervivencia del 'Felis silvestris silvestris'

Ante el «escenario muy preocupante para la conservación» de la especie que ha denunciado la I Jornada Nacional de Gato Montés, que tuvo lugar hace un par de semanas en el manchego Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, los investigadores y gestores de este felino y los representantes de las administraciones y conservacionistas reunidos en el encuentro acordaron una serie de recomendaciones.

Básicamente, abogan por actualizar la información sobre la situación actual de la especie, revisar su categoría legal de amenaza a nivel nacional y en los catálogos autonómicos, implementar programas de monitoreo continuo, definir zonas prioritarias para su conservación, focalizar los esfuerzos de conservación en estas zonas, desarrollar estudios genéticos y sanitarios, adoptar protocolos para evitar riesgos sanitarios, alcanzar acuerdos de custodia del territorio donde sea posible, implementar protocolos de gestión y control ante la presencia próxima de gatos domésticos y adoptar medidas para tratar de reducir sus muertes o naturales (persecución directa, atropellos, ahogamientos en balsas de riego...).

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