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El británico John Girdley llegó a la Región de Murcia atraído por las aves y su observación, pero «aunque sigo interesado en las aves, ya había visto todas las de Europa y las migraciones, así que no había nada más que buscar», cuenta para explicar cómo llegó al mundo de las polillas y micropolillas.
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Girdley, que tiene su segunda residencia en la Región desde hace 12 años, conoció hace 5 o 6 años al profesor del departamento de Zoología y Antropología Física de la UMU Antonio Salvador Ortiz Cervantes y vio su oportunidad. Reconoce que entre sus compatriotas la afición a las mariposas, las polillas y micropolillas está muy extendida, una circunstancia que achaca a la tradición forjada en tiempos de la Reina Victoria, cuando las colecciones privadas pasaron a engrosar las del Museo de Historia Natural de Londres. «En mi condado, de una superficie similar a Murcia, hay unas 600 personas que se dedican a estudiar estos lepidópteros, mientras que aquí, además de la media docena de especialistas de la Universidad de Murcia nadie más lo estudia», apunta Girdley. Y considera como uno de los motivos de la ausencia de conocimientos sobre polillas y micropolillas en España son las exigencias burocráticas. «Aquí es necesario contar con un permiso de las autoridades ambientales, mientras que allí no, lo que favorece una participación más amplia de la ciudadanía, que se convierte en un ejército que recopila información, y también en un movimiento para la protección de especies y el entorno en el que habitan».
Con los permisos reglamentarios, John Girdley dedica su tiempo libre -mucho desde que está jubilado- a colaborar con el profesor Antonio S. Ortiz durante sus estancias en la Región, con el objetivo de ampliar los conocimientos sobre estos numerosos invertebrados que, reconoce, están en decadencia a nivel mundial, como otros polinizadores, por el uso de pesticidas y herbicidas. Una circunstancia que, considera, «aquí no creo que se dé».
Su dedicación le ha llevado a registrar por primera vez en España la especie 'Gymnancyla hornigii', la cuarta del género presente en la Península. Precisamente ahora, acaba de firmar, junto a cuatro investigadores de la UMU, un artículo en el que se confirma preliminarmente su presencia en la Sierra de Altaona, a falta de que la UMU realice el análisis genético que lo certifique, dado el aislamiento geográfico de este hallazgo que, por otra parte, certifica que la Sierra de Altaona «debería ser considerada un punto caliente» para este género. Además, otro reciente artículo científico firmado por los mismos autores confirma la cita, por décima vez en Europa y por tercera vez en España, de la especie 'Ceutolopha isidis' -las dos anteriores en Nerja (Málaga)-. La especie, originaria de Egipto, es una rareza en Europa y, según los investigadores, debe ser un ejemplar que ha migrado desde las costas africanas. Estos hallazgos, cuenta Girdley, están integrados en los proyectos de excelencia de la Fundación Séneca, bajo el liderazgo del profesor Ortiz.
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