Semillas fósiles de Garajonay, en Canarias.

La ciencia descubre la palmera ibérica

Desde principios de los años 90 del pasado siglo, Diego Rivera, profesor titular del departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Murcia (UMU), está enfrascado en la investigación del origen de las palmeras del sureste ibérico, una de las objeciones esgrimidas en Europa para no protegerlas, que las consideran una especie alóctona, traída por antiguas civilizaciones -seguramente la fenicia, hasta el sur de Europa-.

PEPA GARCÍA

Viernes, 17 de junio 2016, 09:49

«Es material único, desde el punto de vista genético y morfológico»

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Sin embargo, las investigaciones llevadas a cabo por este botánico han iluminado el pasado remoto de esta especie en España y, concretamente, en el palmeral de Abanilla. «Cuando descubrimos la 'Phoenix iberica' los palmereros la llamaban palmera de rambla: una especie con frutos pequeños y de poca carne y poblaciones con buena proporción de machos», explica y añade que les llamó la atención la similitud de las hojas y la morfología de la planta con las de la isla de Creta, aunque las espinas de la base de la hoja son más cortas y el fruto y la semilla es más grande, pero más pequeña que la 'Phoenix dactylifera'.

La nueva especie fue descrita en 1997 en base a las diferencias morfológicas con las otras especies. «La duda es si el origen es una palmera silvestre de la que descienden el resto o si son palmeras provenientes de cultivos que se han asilvestrado», plantea Rivera, por lo que «durante un tiempo se consideró sinónimo de la 'P. dactylifera', pero muy primitiva y asilvestrada».

Pero, en los últimos tres años, apunta, el avance de la genética y la secuenciación del genoma completo ha arrojado luz sobre la nueva especie. «Un grupo de investigación franco-italiano estudió los marcadores moleculares en el ADN de los cloroplastos, que analizan la herencia materna, y llegaron a la conclusión de que las palmeras no provienen todas del Golfo Pérsico, sino que tienen dos orígenes distintos, uno, el grupo Oriental, procede de la zona que va de Arabia hasta el Nilo, y el otro, el grupo Occidental, del Norte de África a la Península Ibérica». Además, añade Rivera, dos grupos de investigación, uno mixto de Catar y Estados Unidos, y otro de Arabia, han realizado la secuenciación completa del genoma y han llegado a la misma conclusión.

«Con los datos que tenemos, parece que 'P. iberica' o palmera de rambla pertenece al grupo Occidental. Ahora, esperan la confirmación de un grupo de investigadores de Catar, que en septiembre recogió material en Abanilla y está realizando un análisis masivo de ADN de 'P. iberica' para constatar que esta especie es autóctona y del grupo Occidental, en definitiva, «una forma más ancestral de la palmera datilera».

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Según explica Rivera, el equipo de investigación con el que trabaja estudió las semillas fósiles que se conservan en el mundo. «Revisamos una docena, de las alrededor de 50 que se conservan en todo el mundo y cuando hicimos el análisis morfológico de las que se conservan en el Museo de Praga, de hace entre 10 y 12 millones de años, nos sorprendió que a lo que más se parecía era a las semillas de Abanilla. ¡Y hemos estudiado palmeras de una veintena de países del todo el mundo: Cabo Verde, Hong Kong, Filipinas, Himalaya,...!», explica Rivera.

Ahora, el equipo de la UMU acaba de estudiar muestras de palmeras de Mali y «es lo más parecido a Abanilla que hemos encontrado». E insiste en que la 'Phoenix iberica' de Abanilla «es un material único desde el punto de vista genético y morfológico que perderá la Humanidad; un recurso genético para la alimentación y la agricultura que la FAO considera imprescindible para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de la población», concluye.

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