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PEPA GARCÍA
Viernes, 17 de junio 2016, 09:42
Las cucarachas habitan el planeta Tierra desde hace 340 millones de años, según los registros fósiles más antiguos hallados hasta la fecha, y se conocen hasta 3.500 especies distintas (la mayoría de regiones tropicales). Su vida ha estado ligada a la del ser humano desde los tiempos de las cavernas, por eso se les considera animales sinantrópicos. Tal ha sido su vinculación a nuestra especie que prácticamente no hay núcleo urbano en el mundo que no padezca una plaga de estos 'indeseables' insectos.
Fotofóbicas y casi ciegas (por eso tienen hábitos nocturnos y viven en grietas, alcantarillas y sótanos), y amantes de los ambientes cálidos (prefieren temperaturas cercanas a los 29º) y húmedos, han convertido los subsuelos de edificios, casas y ciudades en sus refugios preferidos.
Una constatación clara de la presencia de estos insectos, que generalmente causan rechazo en las personas por su aspecto, es la frecuencia con la que se convierten en plaga, y más ahora, que empieza el buen tiempo. Según el Observatorio Anual de Plagas de Rentokil Initial de 2012, la Región de Murcia es la 'campeona' en plagas de cucarachas y cuatro de cada diez avisos de plagas en la Región son causadas por cucarachas (43,7%), motivo por el cual, explica el jefe del ervicio de Seguridad Alimentaria y Zoonosis de la Comunidad, Blas Marsilla, «la normativa especifica que debe haber programas periódicos de desinsectación y desratización», que los ayuntamientos de la Región suelen realizar periódicamente para luchar contra estos insectos que, junto a los roedores -que ocupan el segundo puesto de la lista (15,2%)-, en estas fechas toman las cloacas de la ciudad.
Pero las cucarachas no solo son unos insectos de aspecto repulsivo que pueden reproducirse muy rápido y son altamente resistentes, sino que son vectores -medio de transmisión- de diversas enfermedades, ya que son omnívoras y con mucha frecuencia se alimentan de comida en estado de descomposición y frecuentan las alcantarillas, con el riesgo que ello supone para la salud de la población.
'Hostal' de bacterias
Las cucarachas están consideradas como vectores transmisores de enfermedades, tanto de tipo bacteriológico, como viral y fúngico (hongos), así como portador de parásitos que transmiten al entrar en contacto con alimentos o utensilios de los humanos. Debido a su hábitat urbano (alcantarillas, huecos, ranuras) y a su alimentación principal (material en descomposición), está en contacto «con cientos de miles de microorganismos y parásitos, muchos de los cuales pueden ser patógenos para el hombre», aclara Marsilla.
Según diversas investigaciones, se han hallado más de cuarenta bacterias relacionadas con las cucarachas, ya sea en adheridas a su cuerpo o alojadas en el intestino. Son bacterias contaminantes procedentes de la basura o heces que pisan y comen, y que provocan enfermedades como salmonelosis, disentería, diarrea infantil, infecciones urinarias e intestinales, inflamación y formación de pus, gastroenteritis, fiebres e incluso gripes, «aunque las más comunes son las del grupo de las enterobacterias», aclara Marsilla. Varios estudios han demostrado también que las cucarachas pueden adquirir, mantener y excretar ciertos virus, siendo vectores de enfermedades como la hepatitis infecciosa o hepatitis A.
Asimismo, se relacionan con reacciones alérgicas en personas, provocadas por las proteínas que contiene su saliva, huevos y heces, como dermatitis, edemas en los párpados y nariz, lagrimeo constante de los ojos, estornudos. Es fácil que en las personas que tengan estos síntomas, en el futuro se desencadenen irritaciones o reacción alérgica a las secreciones de las cucarachas que pueden llegar a provocar crisis asmáticas.
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