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Anillas de alta tecnología para espiar a las aves.
Anillas de alta tecnología para espiar a las aves

Anillas de alta tecnología para espiar a las aves

Los tradicionales aros metálicos con los que se marca a especies están dando paso a sofisticados sistemas de seguimiento remoto, que abren una inédita ventana científica a la vida íntima de estos animales

GINÉS S.FORTE

Martes, 17 de noviembre 2020, 21:10

En la capital de Senegal, de tanto en tanto, es posible capturar algún ejemplar de la esquiva gaviota de Audouin ('Larus audouinii') marcada con una anilla que sitúa su origen en nuestra Isla Grosa. El peñasco de 17 hectáreas que emerge frente a La Manga del Mar Menor es uno de los tres mayores santuarios de esta gaviota mediterránea que hace apenas medio siglo se encontraba entre las más raras y amenazadas del planeta. Los tradicionales aros metálicos ceñidos en las patas de los ejemplares recapturados atestiguan una aventura de 3.000 kilómetros, pero no ofrecen ninguna pista de cómo han transcurrido sus etapas, de las vías concretas que ha seguido cada ave, de cuánto tiempo ha empleado, ni de dónde se ha alimentado. Para responder a estas preguntas, el intrépido alado debería equipar un sistema de posicionamiento por satélite, como los de los vehículos que durante décadas trataban de alcanzar el mismo destino en el famoso rally que comenzaba en París. La ciencia avanza, la tecnología mejora y ahora nuestras gaviotas de Audouin ya pueden cumplir con su particular Murcia Dakar dotadas de GPS. Obviamente el aparato no les orienta a ellas, sino que guía a los ornitólogos sobre el comportamiento de esta especie considerada de conservación prioritaria en Europa.

«Buena parte de los GPS que se pueden comprar ahora permiten casi ver al animal en vivo y en directo en cada momento», explica el doctor en Ecología Mario León, investigador de la Universidad de Murcia. Algunos de estos dispositivos ofrecen una información que se descarga semanalmente, «otros te la pasa a las 24 horas» e incluso «varios te la mandan al 'email' o al móvil directamente».

El mapa muestra las posiciones de las gaviotas de Audouin equipadas con dispositivos GSM-GPM en San Pedro del Pinatar desde principios de julio hasta finales de octubre de este año.

La irrupción de estas 'anillas electrónicas' ha abierto una ventana a los científicos sin precedentes. Por ejemplo, un estudio sobre el cormorán moñudo ('Phalacrocorax aristotelis'), que la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y la Universidad de Barcelona (UB) iniciaron a finales del año pasado, está revelando los hasta ahora ignorados espacios donde se alimenta un ave que en ocasiones disputa sus presas a los pescadores o las encuentra en las granjas acuícolas. El trabajo trata de conocer el grado de coincidencia entre las verdaderas áreas de sustento de la especie con las contempladas en la Red de Áreas Marinas Protegidas de España (Rampe) y evitar choques con pescadores y piscicultores. El seguimiento de las citadas gaviotas de Audouin también se desarrolla «como instrumento para la mejora de la gestión de la Rampe en el Levante español», como explica la investigadora de la UB Raquel Castillo Contreras aludiendo a la propia denominación de esta iniciativa conocida por el acrónimo Gaudin. «No podemos proteger a los animales si no sabemos dónde están», resume el biólogo coordinador del Grupo de Anillamiento de Anse, Ángel Sallent, implicado también en el proyecto Gaudin.

Algunas aves grandes llevan aparatos dotados de paneles solares

Tierra adentro, los nuevos sistemas de seguimiento remoto también se emplean para determinar qué líneas eléctricas se interponen en el vuelo de grandes rapaces, como águilas perdiceras ('Aquila fasciata') o águilas reales ('Aquila chrysaetos'), que son «animales que se electrocutan bastante», explica Mario León, actual presidente de la Asociación Ulula de Seguimiento de Aves Nocturnas de la Región de Murcia. Sallent aclara que al hablar de sistemas «de seguimiento remoto nos estamos refiriendo a muchos tipos de aparatos». La elección del idóneo se fundamenta sobre la información que se quiere obtener del animal, su ecología («básicamente, si es fácil de capturar o no», apunta el experto); su precio, «ya que algunos pueden ser muy caros», y el tamaño de la especie. «A aves grandes les puedes poner aparatos GPS más grandes, con baterías mayores y con paneles solares para que cargue la batería y se vaya descargando la información.

Sin embargo, a las más pequeñas tienes que colocarles otros sistemas menos pesados y algunas requieren volverlas a capturar», apunta Mario León, que cita a las chotacabras ('Caprimulgus europaeus'), los cárabos ('Strix aluco'), las lechuzas ('Tyto alba') y los mochuelos ('Athene noctua') entre las que ha colocado estos sistemas. En el ámbito de la UMU también se ha equipado con aparatos de seguimiento «a otras especies diurnas», y ahora se colabora «con la Universidad Miguel Hérnández» en un proyecto en el que se van a «marcar grandes águilas». La Comunidad Autónoma «creo que también ha marcado algún buitre», señala.

El mapa representa los movimientos de individuos equipados con dispositivos GPS/GSM de cormorán moñudo, gaviota patiamarilla y gaviota de Audouin durante el periodo comprendido entre enero y finales de mayo pasados, según la especie.

«La tecnología está evolucionando muy rápido y los dispositivos de seguimiento remoto resultan progresivamente más asequibles, con lo que cada vez podemos marcar más animales», reconoce Sallent. Al ser preguntado por su uso en las investigaciones murcianas, el biólogo revela que en la década de 1990 «ya se marcaron lechuzas con emisores en la Región».

Hay sistemas que informan en cada momento si el animal está o no en el agua

El experto recuerda que más tarde, en 2007, participó con la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) en el marcaje de nuestras famosas gaviotas de Audouin con «varios aparatos satelitales», y posteriormente, «en 2014, empezamos a colaborar con la Universidad de Barcelona» en el uso de geolocalizadores y GPS en pardelas cenicientas ('Calonectris diomedea'). La alianza con la UB se mantiene ahora en proyectos como los del cormorán moñudo.

En lo que va de año, explica el coordinador del Grupo de Anillamiento de ANSE, «hemos marcado, solo en la Región, cuatro adultos de cormorán moñudo en Isla Grosa con GPS-GSM; 18 gaviotas patiamarillas en San Pedro del Pinatar; 15 gaviotas de Audouin también en San Pedro del Pinatar; unas 40 pardelas cenicientas, con registrados de GPS y 15 con geolocalizadores, en la Isla de las Palomas, y unos 15 paíños europeos ['Hydrobates pelagicus'] con registradores de GPS y diez con geolocalizadores, en la Isla de las Palomas».

Pasos de gigante

Gustavo Ballesteros, profesor de Geografía de la UMU confirma que «los avances en el seguimiento de aves por control remoto han dado pasos de gigante en unos pocos años». Este experto en aves acuáticas es el coordinador del proyecto Life Salinas, una iniciativa financiada por Europa para conservar el hábitat del Parque de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, emplazamiento de buena parte de la fauna alada que actualmente se estudia con estos aparatos en la Región

«En un principio resultaba una tecnología muy cara, por lo que se comenzó a utilizar para especies muy amenazadas, como el águila imperial» ('Aquila adalberti'), recuerda. Posteriormente, «al reducirse los costes, se ha extendido su uso». Ahora, explica, «ya aportan en tiempo real y durante meses una enorme cantidad de información sobre aspectos relacionados con la migración y la supervivencia que resulta muy valiosa para poder tomar las medidas de conservación más apropiadas para cada especie».

Los distintos sistemas de seguimiento también pueden registrar otras variables, como la temperatura o la conductividad, «lo que nos permite saber si están en el agua o no», amplía Ángel Sallent, que ha facilitado la información para las fichas que ilustran este reportaje. Además, «los GPS-GSM que usamos llevan un acelerómetro triaxial que toma datos continuamente (cada segundo) y que nos permiten inferir el comportamiento». Ya no se trata de averiguar dónde se encuentran las aves, «sino que podemos saber también lo que están haciendo en cada momento». Los sistemas que portan los cormoranes moñudos de la investigación de ANSE y la UB, por ejemplo, registran datos del animal en intervalos de entre apenas un cuarto de hora y una hora. Las ventajas son más que notables.

«Con el anillamiento necesitamos marcar cientos de aves para que se recupere alguna de ellas en otro lugar y, aun así, solo tendremos el punto de anillamiento y el de recaptura sin saber por dónde ha pasado entre medias», resume Sallent. «En comparación es una información muy limitada». Pese al incremento en el uso de estos sistemas remotos, todavía «en Murcia hay relativamente pocos trabajos sobre este tipo de aparataje», revela León. «Aún es algo incipiente», reconoce Ballesteros, «pero se va generalizando cada vez más, y dados los resultados en las especies en las que se está aplicando, cada vez va a ser más utilizada en más especies».

El GPS es, en suma, una magnífica herramienta para guiar a los ornitólogos que en muy raras ocasiones también podría venir bien a algún ave despistada, como aquel autillo ('Otus scops'), que en 2013 en vez de dirigirse al norte de África, como es su deber, acabó en el norte de Escandinavia, donde fue rescatado y posteriormente recuperado en , en Murcia. Lamentablemente se trataba de un ave sin marcar, por lo que no fue posible reconstruir su extraordinaria peripecia.

Radio-seguimiento

Estos aparatos emiten una señal de radio detectable por medio de una antena. Se usan para investigaciones de movimientos locales como estudios de uso de hábitat. Requiere de personal con experiencia que siga al animal con una antena. Son muy económicos y pueden ser muy pequeños (los hay hasta de 0,3 gramos), con lo que permite marcar cualquier ave. El inconveniente es que requieren personal dedicado a seguir el ave, lo que lo hace muy costoso en horas de trabajo y combustible. Con este sistema se han marcado en la Región, por ejemplo, lechuzas, canasteras en 2008 y, más recientemente, zarceros bereberes en Contraparada. En la imagen, de Jorge Sánchez, aparece un zarcero bereber marcado en Murcia.

Emisores satelitales

Estos aparatos existen desde los años 80. Su funcionamiento se basa en el sistema de satélites Argos. Se trata de unos dispositivos que siempre han sido bastante inaccesibles para muchos investigadores porque son muy costosos. No solo requieren comprar el aparato, sino también alquilar un canal del satélite. El emisor se comunica con los satélites, que envían la señal a un centro de recepción terrestre donde se procesan los datos antes de remitirlos vía web. En este caso la información se puede ver a tiempo real. En la Región se han marcado recientemente con este sistema tres tortugas bobas de las que nacieron en cautividad. Una de estas tortugas bobas es la que aparece en esta imagen de Pedro García.

Aparatos GPS-GSM

Estos dispositivos toman la posición GPS y luego la envían por telefonía móvil. Son caros. Se emplean, por ejemplo en las gaviotas o los cormoranes moñudos, que son especies muy difíciles de capturar, por lo que mejor si solo hay que capturarlas una vez. Además con ellos deben soportar la presión de profundidades de 30 metros, que es hasta donde se sumergen para pescar. La información se puede seguir a través de la web, y se puede ir reprogramando para ahorrar batería. Con las gaviotas tomamos una posición GPS cada 30 segundos. El tamaño del dispositivo solo permite su uso en aves de más de 100 gramos de peso, como los mencionados cormoranes moñudos. Uno de ellos aparece en la foto, de Pedro García.

Registradores de datos

Registran información, pero no la mandan a ningún sitio, la almacenan. Para obtenerla hay que recuperar el dispositivo. Como hay que recapturar al animal solo se emplea en aquellos casos en los que se tenga claro que resultará sencillo. Son mucho más económicos que los emisores, pero su uso es limitado a unas pocas especies. Una ventaja es que una vez recuperado se puede volver a emplear de nuevo. Se emplean, por ejemplo, con las pardelas cenicientas o los paíños (como el de la imagen de Pedro García), que son fáciles de capturar en sus nidos cuando crían. Dentro de los registradores de datos, hay dos tipos bien diferenciados. Uno es el de los registradores GPS y otro el de los registradores de Luz.

Registradores de GPS

Es un tipo de registrador de datos que toma coordenadas con el sistema de satélites GPS y las almacena. Toma posiciones muy precisas, pero duran poco tiempo (unas pocas semanas). Este es el método que empleado con pardelas cenicientas para saber dónde se alimentan durante la época de reproducción. Se puede tomar una posición cada cinco minutos durante diez días. Es muy económico, por lo que se pueden marcar muchos individuos. Era una técnica limitada a aves grandes o medianas, pero desde hace dos años ya existen nano-GPS que pesan tan solo un gramo, aunque en este caso son considerablemente más caros. Este año se puso por primera vez en paíños europeos, que pesan apenas 30 gramos.

Registradores de luz

Este tipo de registrador de datos conocido también como geolocalizadores, es un simple registrador de la intensidad de la luz y un reloj que almacena la información. Sabiendo la hora del amanecer y anochecer se calcula la longitud, y conociendo la duración del día, la latitud. No es tan preciso como el GPS (puede errar hasta 200 kilómetros, sobre todo en los equinoccios, cuando la duración del día es igual en todo el planeta), pero son muy útiles para especies de largas migraciones, ya que permite diferenciar el área geográfica en la que se encuentra el animal. Han servido para conocer, por ejemplo, que las pardelas tienen dos zonas de invernada, una en las costas del Sahara occidental y otra en las costas de Namibia.

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