Sánchez rompe otro tabú al recibir a Bildu en Moncloa por primera vez en democracia

Sánchez, que ya rompió otro tabú al reunirse con los portavoces de la coalición en el Congreso y en el Senado -Mertxe Aizpurua y Gorka Elejabarrieta- en el marco de la ronda de contactos para su última investidura celebrada, eso sí, en las oficinas del PSOE en la Cámara baja, ha recibido hoy a la dirigente abertzale en las escalinatas del complejo presidencial como ha hecho con el resto de convocados, Alberto Núñez Feijóo incluido, para exponerle su visión del contexto internacional que apunta al rearme de Europa. Un encuentro que ha discurrido, según la nota posterior que ha hecho pública EH Bildu, "en un ambiente constructivo, cordial y de respeto" y en el que ha expresado a su anfitrión su preocupación, sin distinguir entre "los diferentes actores que operan en los marcos internacionales", por un escenario que afecta al "presente y futuro de nuestro país" -Euskal Herria- "como parte de una Europa en definición".

La ciudadanía vasca desarrolló un acusado antimilitarismo al compás de la continuidad de la violencia etarra entreverada por otras de diferente autoría; un antimilitarismo del que hicieron bandera las sucesivas siglas de la izquierda abertzale pese a dar cobertura, en paralelo, a los asesinatos y las amenazas de la organización terrorista. Ahora, con la determinación de pasar página de la connivencia con el pasado violento y decidida a atraer cada vez mayores espacios del electorado para disputar el cetro de tú a tú al PNV, Bildu templa sus mensajes partiendo de su conexión con esa sociedad que rechazó la entrada en la OTAN y que "aboga por la diplomacia, la negociación y el acuerdo como mejor fórmula para garantizar la paz".

En esa táctica cuidadosa que se beneficia de la legitimación, impensable hace apenas unos años, que le otorgado un Sánchez que depende del conjunto del soberanismo para proseguir en La Moncloa, Mertxe Aizpurua ha evitado comparecer en el palacio monclovita al terminar la reunión -como sí ha hecho, por ejemplo, el portavoz y futuro líder del PNV, Aitor Esteban- y su coalición se ha tomado tiempo para definir su posición una vez escuchado al jefe del Ejecutivo; una posición en la que Bildu quiere preservar su perfil pero sin tensar aún más una legislatura que la izquierda abertzale quiere que siga. De ahí que remita a una futura reflexión de su mesa política -su órgano de dirección- para "tomar una posición integral" desde su "propia visión y a escala nacional vasca". Este lunes, Arnaldo Otegi despachó el asunto constatando que «tiene muchas aristas» y cuyo análisis precisa de «seriedad» dado que el mundo camina hacia «el militarismo» y «el autoritarismo».

El PNV, más habituado a este tipo de citas, ha departido con Sánchez durante 40 minutos desde una acendrada convicción europeísta. Esteban ha trasladado a su interlocutor el apoyo de su partido al aumento del gasto en defensa que plantea la UE ante el «nuevo paradigma» que está introduciendo el segundo mandato de Donald Trump y la necesidad de Europa de «reposicionarse» y «reforzarse» sobre los cimientos de sus valores democráticos. El dirigente peneuvista, que asumirá en poco más de dos semanas la presidencia de su formación en sustitución de Andoni Ortuzar, sí ha precisado que debe potenciarse la inversión en paralelo en el tejido industrial -algo muy relevante en el caso de Euskadi-, que la Comisión y Sánchez han de «definir más» sus planes y que el debate es de la suficiente enjundia para requerir su paso por el Congreso.