Alberto Núñez Feijóo, interviene ayer en un acto en la localidad navarra de Cientruénigo. EFE

Feijóo se echa a la espalda la campaña del 28-M para pelear hasta el último voto

El PP reconoce que todo está muy ajustado y que habrá que esperar en muchos casos a la 'foto finish' para ver si el escrutinio cae de su lado

Lunes, 17 de abril 2023, 00:18

Alberto Núñez Feijóo se ha tomado muy en serio la promesa que el pasado lunes les hizo a sus dirigentes territoriales de que estaría con ellos «en las calles» y puso este fin de semana el cuentakilómetros enmarcha. San Sebastián, Santander, Vega de Pas, Vitoria, ... Pamplona, Tudela y Cientruénigo. Un recorrido de casi 600 kilómetros por tres comunidades autonómas en apenas 48 horas. «No voy a lanzar a otros a dar batallas que también me corresponden a mí», afirmó durante el comité ejecutivo del PP con la mirada puesta en los resultados del próximo 28 de mayo, la primera base de los comicios generales, que pueden hipotecar su futuro.

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A principios de año, el líder de los populares aseguró que brindaría todo el protagonismo a sus candidatos. Que durante la campaña solo visitaría aquellos territorios que solicitasen su presencia. Pero su intención ha cambiado y ahora recorrerá España «a pecho descubierto» de norte a sur durante las próximas seis semanas, corresponsabilizándose, además, del escrutinio. En Génova se asume que la cita de mayo podría no servir para presentar una primera «moción de censura» a Pedro Sánchez, como se venía sosteniendo semanas atrás. «El 28 de mayo el partido de Sánchez aguantará mejor que en las generales», reconoció Feijóo ante sus barones, argumentando que eso es «la lógica electoral» pero poniéndose la venda antes de la herida.

Las perspectivas son buenas en los comicios municipales y en la dirección del PP creen al menos poder duplicar –o incluso triplicar– los gobiernos de capitales de provincia. Pero no tanto en el mapa autonómico donde dan por seguro el triunfo, pero no así la posibilidad de hacerse finalmente con los bastones de mando. «No tenemos nada asegurado y va a ir a 'foto finish' en muchos sitios», admiten en el principal partido de la oposición. Tras la euforia de estos meses pasados, los populares rescatan ahora la prudencia aunque no esconden que aspiran a sumar La Rioja y Baleares a la lista de ejecutivos autonómicos junto con Madrid, Murcia y Ceuta.

Menos desgaste

Los populares creen que «la marca Sánchez es más débil que la de sus dirigentes territoriales», «menos desgastados», y que será el líder socialista el que tocará «el suelo histórico del PSOE» incluso gobernando. Aunque aspiran a arrebatar a su rival alguno de sus bastiones de primera categoría, como Castilla-La Mancha, Aragón o la Comunidad Valenciana, reconocen que no lo tendrán fácil porque, según apuntan, al PSOE le favorecerá que el voto a su izquierda no esté tan dividido tras la decisión de Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz, de no concurrir a estos comicios.

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Tampoco ayuda al PP que Vox siga en caída en las encuestas porque no todo el voto que pierda la formación de Santiago Abascal llega automáticamente a sus filas. Es más, si la formación de ultraderecha entra en una espiral descendente, se complicaría la suma del bloque de derechas. «No solo nos vale con ganar, tenemos que ganar y gobernar», recalcó ayer Feijóo en un acto del partido en Navarra, donde los conservadores harán el próximo 28 de mayo su primera incursión electoral en solitario, sin UPN.

Las expectativas del PP en esta comunidad son altas: aspira a pasar de los dos diputados forales actuales a seis. «Vamos a ser en Navarra, más pronto que tarde, un partido de gobierno», arengó Feijóo al presidente del partido en esta comunidad, Javier García, y al resto de candidatos. Ante ellos defendió la foralidad de Navarra y la Constitución y aseguró que no va a aceptar lecciones de nadie, en referencia al partido que dirige Javier Esparza, porque «la foralidad y la defensa de la Constitución está en nuestro ADN».

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El dirigente gallego y su círculo no albergan dudas respecto al crecimiento del PP tras los varapalos electorales de 2015 y 2019. Pero consciente de que el PSOE resiste y de que a él ni a su partido les sirve solo con ganar, Feijóo se echará a la carretera para pelear hasta el último voto. El 29-M tocará hacer balance y asumir responsabilidades si fuese necesario.

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