Aznar y Rajoy piden apoyar a Feijóo «sin fisuras» en su carrera hacia la Moncloa

Una cita en la ciudad del Turia, objetivo central de la estrategia del PP de cara al 28-M, con la que el líder gallego ha querido dar una imagen de «unión» entre el pasado y el presente del PP y de «fortaleza» frente a un Pedro Sánchez al que los barones del PSOE rehuyen. «Quiero darles las gracias por este momento. Por estar aquí los dos juntos. Es decir todos juntos», dijo Feijóo en el Museo de la Ciencia, en la Ciudad de las Artes, con los dirigentes y afiliados especialmente animados porque los dos expresidentes compartieran cartel.

El líder del PP destacó que su formación «valora la experiencia» porque cuando un partido olvida lo que fue «no va a encontrar su sitio para ubicarse en el presente y, sobre todo, va a estar perdido para señalar el presente». Dijo «respetar y admirar» el legado de ambos expresidentes con los que ha trabajado codo con codo en el pasado y con quien se mantiene en permanente contacto. «Me siento orgulloso de haber estado allí en la modernización de nuestro país durante la presidencia de Aznar. Y de hacer frente a una de las mayores crisis económica y social con Rajoy», dijo Feijóo, antes de comprometerse a seguir el legado de ambos.

En las elecciones municipales y autonómicas de 1995, el PP entonces dirigido por Aznar logró conquistar alcaldías y gobiernos autonómicos clave como Madrid o Valencia, que luego le sirvieron de trampolín a la Moncloa y para mostrar que el ciclo socialista había terminado. Casi treinta años después, el PP de Feijóo está dispuesto a hacer lo mismo como antesala del fin de la era de Sánchez. «El PP es la única alternativa seria, el único proyecto integrador que España necesita. Se debe saber a derecha y a izquierda», aseveró Aznar el primero de los dos expresidentes en tomar la palabra. En opinión del político madrileño, quién debe liderar ese cambio es Feijóo. «Lo hace como creo que la mayoría de los españoles quieren. Mi responsabilidad y la de todos –insistió– es apoyarlo sin reservas ni fisuras».

El ex jefe del Ejecutivo cree que España «se encuentra en un rumbo equivocado» que hay que cambiar «con urgencia» de la mano de Feijóo, que tiene que ser «el instrumento y el intérprete de tantos españoles hastiados y desanimados» que, sin embargo, conservan intacta «la fe en su país y la ilusión de un futuro mejor». Acusó además a Sánchez de gobernar a golpe de decreto y de dejar que «delincuentes» escriban el Código Penal y al socialismo de ser una coalición de populistas de izquierda, secesionistas y terroristas «y todos dispuestos a seguir ahí al precio que sea».

Rajoy recogió el testigo y acusó al presidente del Gobierno de «blanquear lo más turbio de la política a los que ha dado lo que les ha pedido». Pero los españoles, en su opinión, «no se van a olvidar del gigantesco engaño de la última campaña electoral, de los indultos, de la política penitenciaria condescendiente con los terroristas a petición de Bildu, ni de los cambios en el Código Penal» en alusión a la sedición y la malversación.

En su intervención, el exmandatario cuestionó la etapa de Casado, el elefante en la habitación, felicitando a Feijóo de no confundir renovación con «juventud ni inexperiencia». «Ha buscado a los mejores –remarcó– vengan de donde vengan».