Fue un miniconcierto de tres canciones ( 'Algunos tenemos fe', 'Hablar de nada' y 'El bien') y una charla de hora y media con dos músicos ... murcianos que venían de triunfar en el Warm Up: Rafa Val y Alberto Cantúa, cantante y guitarrista del grupo Viva Suecia. Ambos han tocado con su banda para 15.000 personas en el WiZink Center, de Madrid. También en México, en Reino Unido, en Islandia... y ayer actuaron para una veintena de adolescentes, de entre 16 y 17 años, que están cumpliendo medidas judiciales en el centro de internamiento La Zarza, de Abanilla.
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Todo empezó hace tres meses, cuando Rocío Martínez Valverde, trabajadora de La Zarza y hermana de Rafa Val, le pidió que diera un concierto en el centro y él dijo que sí inmediatamente, pero costó encajarlo todo en la agenda de actuaciones que tenían ya cerradas. Hasta que llegó el Warm Up y el gran concierto de La Fica del pasado fin de semana ante 25.000 personas, con 28 músicos sobre el escenario. Estando en Murcia, llegó el momento, incluso cuando las ojeras aún dan fe de su paso por el festival.
Ayer Rafa Val y Alberto Cantúa acudieron a Abanilla, a un paraje apartado, donde en 1992 se construyó el primer centro de internamiento de menores de la Región de Murcia. A día de hoy, reside en él medio centenar de jóvenes. Muchos de ellos preguntaron ayer a los artistas lo que casi nunca se pregunta. Por ejemplo, cuál es el concierto que mejor les han pagado. Sin dudarlo, Rafa Val señaló el Warm Up, pero aclaró que ellos no son cuatro artistas sino casi medio centenar de personas y que mientras más les pagan, más invierten en el espectáculo que ofrecen al público. De media se dejan en gastos rutinarios la mitad de lo que ingresan por los conciertos.
Atrás quedan los tiempos en que en Viva Suecia se sentían satisfechos por haber actuado ante un millar de personas. Por aquella época, Alberto Cantúa, fundador del grupo, trabajaba en un banco y los fines de semana tenía bolos con la banda. A Rafa Val se le nota muchísimo que ha estudiado Magisterio. Dice que no echa de menos la profesión, pero en un abrir y cerrar de ojos acortó la poca distancia que le separ
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Con ellos habló de luchar por los sueños, tema principal de la actividad, en sintonía con otras que organiza la Consejería de Política Social de Conchita Ruiz, que ayer estuvo en La Zarza, apoyando a los adolescentes. «Este tipo de actividades forman parte de la programación formativa y de inclusión social que se realizan en los centros educativos de Justicia Juvenil de la Región, con el fin de motivar a los jóvenes y de hacerles partícipes de experiencias vinculadas con el ocio, la cultura y el tiempo libre», señaló.
Y avalan sus palabras los responsables de la Fundación Diagrama, que gestionan La Zarza, y que cuentan con orgullo que ya han tenido en Abanilla a los escritores Jerónimo Tristante y Jaime Bucay. Este último autor, por cierto, da nombre a la biblioteca del centro. Respondiendo a la curiosidad de los adolescentes, Rafa Val contó los orígenes de 'Algunos tenemos fe'. Fue en un viaje a Cáceres, cuando estando con su novia, vio a una pareja de 40 a 50 años, que se sentó uno frente al otro y pasaron una hora sin dirigirse la palabra, mirando el teléfono. Fue entonces cuando el cantante le dijo a su novia que tenía fe en que a ellos no les ocurriera lo mismo.
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También contó cómo lo ficharon en Viva Suecia. Un cantante que había dejado el grupo le dijo a Alberto Cantúa que conocía a un guitarrista que cantaba y cuando éste conoció a Rafa Val se dio cuenta de que era mejor cantante que el que acababa de irse y desde entonces no se han separado y tocan juntos.
A los adolescentes de La Zarza les contaron que aunque uno de ellos era banquero y el otro, maestro, persiguieron sus sueños y los han cumplido, pero eso no siempre es así ni siempre se cumplen todos los sueños. Lo importante es perseguirlos y trabajar para que pasen.
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Una semana antes de que Viva Suecia pasara por La Zarza, los jóvenes internos diseñaron carteles con los que decoraron la improvisada sala de conciertos y se aprendieron la canción 'El bien' y la cantaron acompañando a Alberto Cantúa y a Rafa Val. Poco antes, un educador de La Zarza les pasó una hucha para que cada uno echara un papelito con un sueño por cumplir, que han acordado revisar dentro de cinco años. Esto llevó a una de las internas a lamentar: «Pero si a mí me echan de aquí en mes y medio». Y arrancó las risas de todos. Jesús Teruel, director territorial de Murcia en Fundación Diagrama, explicó que no la echan: ella cumple la medida judicial y saldrá con su ESO aprobada.
Actividades como ésta, añadió la consejera Ruiz, ayudan a que «la reinserción social de estos jóvenes sea real y efectiva una vez cumplida la medida».
Rafa Val, en contra de lo que dice un verso de su emblemática canción 'El bien' («No te creas lo que dicen los cantantes»), recomendó a los adolescentes allí presentes encontrar aquello que les haga feliz, algo que no es fácil, y dedicarse a ello aunque, como en el caso del guitarrista Alberto Cantúa, después de diez años sobre los escenarios le sigue dando miedo y respeto estar frente al público. Excepto si toca actuar en el Warm Up y se siente en casa. En ese caso, le supo bien la copa de vino que siempre saca en los conciertos.
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