A. LÓPEZ / GUSTAVO LÓPEZ
CARTAGENA / JUMILLA.
Viernes, 16 de agosto 2024, 07:29
Las celebraciones y fiestas por Nuestra Señora de la Asunción, la Virgen de agosto, se sucedieron ayer por ciudades y pueblos de muchos puntos de la Región de Murcia, desde la costa al interior. Entre las grandes citas, destacó la tradicional y popular procesión terrestre y marítima en Los Alcázares, donde centenares de vecinos y veraneantes acompañaron a la imagen. Tras iniciar el recorrido en la iglesia, se dirigieron a la base militar, donde el coronel Luis Felipe González, director de la AGA, y otras autoridades militares dieron la bienvenida al alcalde, Mario Pérez Cervera, y al resto de la corporación municipal, y acompañaron a la Virgen hasta el embarcadero.
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Allí fue subida al barco para completar la procesión surcando el Mar Menor, hasta volver de nuevo al paseo marítimo y regresar al templo. Las reinas de la Huerta acompañaron en el recorrido.
Multitudinarias también fueron las procesiones cartageneras, en Los Nietos, Cabo de Palos y La Azohía. En la primera de ellas, una treintena de barcos, bien engalanados con guirnaldas y banderas de España, arroparon a la virgen. Los actos comenzaron a las 6 de la tarde, cuando salió de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles una comitiva con la imagen a hombros. Tras recorrer varias calles del pueblo, llegó hasta el club náutico, donde fue embarcada. Después de un emotivo, multitudinario y popular desfile marítimo que recorrió la costa hasta la Lengua de la Vaca, la imagen regresó al puerto para celebrar una misa de campaña. Por último, por el mismo recorrido que llegó volvió a la iglesia del pueblo, donde los fieles le cantaron la salve cartagenera.
En Cabo de Palos, también fue arropada por decenas de vecinos, turistas y visitantes. Tras una mañana de actividades, pescadores pasearon a hombros a la Virgen del Mar por las calles del pueblo. Las mujeres y los niños hicieron gala de sus trajes típicos, con sus pañuelos en las cabezas, sus delantales, sus cestos de esparto y sus grandes caracolas, convertidas por unas horas en improvisados instrumentos. Después, fue embarcada en el 'Punta del Cabo' para realizar un pequeño recorrido por la bahía seguida de una veintena de embarcaciones. Allí se lanzó una corona de flores en recuerdo de los marineros fallecidos. Su vuelta al puerto, embocando ya la puerta de la iglesia, fue uno de los momentos más emotivos de la tarde, cuando los asistentes entonaron con tremenda emoción la salve marinera.
Y en La Azohía, la procesión fue eminentemente marítima. De la iglesia, ubicada frente al puerto, una decena de mujeres cargaron a la virgen y la embarcaron en uno de los barcos de la empresa Hermanos Paredes, dedicada desde hace décadas a la almadraba. Tras recorrer la bahía, tomó rumbo a Isla Plana, donde la nave fondeó unos minutos para que la imagen fuera adorada por los que la esperaban en la explanada de la iglesia. Después, regresó a La Azohía, donde se celebró la misa. Por último y esta vez a hombros de una decena de hombres, volvió a su templo, donde esperará hasta el año que viene sus fieles.
Jumilla vivió también ayer el día grande de sus fiestas patronales. Una jornada que se dedica exclusivamente a la Patrona, la Virgen de la Asunción. A las 10 de la mañana, las campanas de todas las iglesias y ermitas repicaron al unísono y se dispararon una docena de cohetes de honor desde el castillo. El protagonismo se trasladó, a partir de las 12 horas, a la Iglesia Mayor de Santiago, donde se ofició una misa concelebrada y presidida por el consiliario Manuel de la Rosa, con la asistencia de las autoridades, entre otros, la alcaldesa, Seve González, la diputada jumillana en el Congreso, Violante Tomás, y los representantes de los colectivos que participan en las fiestas.
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La misa estuvo cantada por la Coral Canticorum y sonó el recién restaurado órgano histórico. En el momento de las ofrendas, la regidora ofreció a la Patrona el bastón de mando de la ciudad, que luego lució entre sus manos en la procesión de la tarde, que partió desde Santiago y recorrió las principales calles, repletas de público.
En el cortejo, se pudo ver a todos los máximos representantes de la Fiesta de la Vendimia, el mayordomo y abanderado de la Cofradía, que este año ostentan el Ayuntamiento y la familia Gil Vera, así como hermandades de Semana Santa y otras asociaciones. A lo largo del recorrido hubo 'petaladas' y oropeles, así como cánticos.
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Por la noche, se celebró la gala lírica que protagonizó la soprano Ainhoa Arteta, junto a la orquesta de la UCAM, la coral Discantus y un elenco de bailarines.
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