El reportaje publicado ayer por mi compañera Fuensanta Carreres sobre los jóvenes murcianos que votarán por primera vez el próximo 9 de junio me retrotrae a 1986, a mi clase de 6º de EGB del colegio San Andrés de Murcia, cuando solo era un ... chiquillo de 11 años que, como la mayoría en aquella época, era feliz jugando al fútbol, a las canicas y a la peonza, ajeno por completo a la política. Aquel año se produjo la integración efectiva de España en la Comunidad Económica Europea y en la calle se acuñaba esa famosa frase de '¡Por fin somos europeos!'. Todos lo decían, pero muy pocos sabían bien de qué se trataba realmente.

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Mis compañeros y yo tuvimos la suerte de contar con un profesor de Ciencias Sociales que dedicó el curso entero a instruirnos en las instituciones y organismos europeos, en su composición y sus funciones. Nos enseñó qué era la Comisión, para qué servía la Eurocámara, qué era aquello del Consejo Europeo... Se llamaba don Antonio, el 'Ruso', apodado así porque en invierno llevaba siempre puesto el 'ushanka', el típico gorro soviético. Qué necesarios son los docentes como él.

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