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Una mujer mira un termómetro en Murcia, este pasado jueves. Nacho García / AGM
No, no todos los veranos hizo este calor

No, no todos los veranos hizo este calor

Los meses de julio y agosto en la Región de Murcia son ya dos grados más cálidos de media que hace 20 años y las noches tropicales se han multiplicado por cinco desde la década de los 40

Domingo, 13 de agosto 2023

La Región de Murcia atraviesa este verano un incendio permanente. Las altas temperaturas han vuelto a marcar otra semana de verano tras un mes de julio que se quedó al borde del récord absoluto, con dos episodios de calor especialmente intensos que elevaron la temperatura media hasta los 28 grados, 2,5 más que la registrada entre los años 1991 y 2020, el periodo de referencia para la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Las jornadas de lo que llevamos de agosto ya apuntan a que el verano de 2023 acabará siendo uno de los más extremos en cuanto temperaturas de la historia de la Región. Pero no es un caso aislado. Es un eslabón más en una larga cadena de ascensos que lleva décadas haciendo cada vez más frecuentes las rupturas de efemérides climáticas.

Los expertos se muestran alarmados por la aceleración que en los últimos años ha empezado a experimentar la subida de las temperaturas como consecuencia del calentamiento global, al tiempo que los mensajes negacionistas han ido encontrado acomodo en un sector de la población que desoye las evidencias científicas y considera exageradas las advertencias de los investigadores.

En ese contexto, echar un vistazo a las estadísticas meteorológicas de la Región de Murcia desde que existen registros sirve para despejar dudas y constatar la existencia de un problema:los veranos son hoy más abrasadores, cuentan con olas de calor más frecuentes y extensas, y las noches son cada vez más tórridas y asfixiantes.

Según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología, la temperatura media en los meses de julio y agosto, los de más calor del año, ha experimentado un incremento en la Región de aproximadamente dos grados centígrados en los últimos 20 años.

Esta tendencia al alza tiene profundas implicaciones en la vida de los murcianos, en ocasiones, difíciles de cuantificar, y provoca, entre otras cosas, una mayor demanda de energía y mayores riesgos para la salud de la población debido al estrés por calor.

Está ocurriendo en todo el mundo, pero la Región es uno de los territorios que cuentan con una vulnerabilidad especial. «Estamos asistiendo a un proceso que se da de forma muy marcada en la zona central del litoral mediterráneo», explica el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante (UA) y responsable del Laboratorio Climatológico, Jorge Olcina. «Tanto la Región de Murcia como la Comunidad Valenciana son las zonas donde se acumulan las aguas más cálidas del Mar Mediterráneo, y eso hace que las temperaturas estén sufriendo mayores subidas en verano y produciendo unos meses de julio y agosto más extremos y menos confortables».

La Agencia Estatal de Meteorología dispone en la Comunidad de siete estaciones de observación, y varias de ellas llevan desde 1940 recogiendo información de forma sistematizada sobre temperatura, precipitación, viento, humedad y presión atmosférica, lo que permite trazar tendencias y estudiar las variaciones del clima a lo largo del tiempo. Según sus registros, el proceso de calentamiento que sufre la Región empezó a hacerse evidente a principios de los 70, y ha ido recrudeciéndose en los últimos años.Durante el periodo 1940-1972, las temperaturas se mantuvieron estables, pero a partir de ahí comenzó a observarse un lento pero constante calentamiento climático de cerca de 0,05 grados anuales.

La temperatura media más baja en un mes de julio de todos los que se tiene información se produjo también en aquella década, en 1977, cuando se registró una media diaria de 25,2 grados centígrados, mientras que la más alta se dio en 2015 con 30,6ºC, lo que supone una diferencia de 5,4 grados. En cuanto a los meses de agosto, la horquilla es similar. La temperatura media más baja se dio en el año 1984, con 24,4 grados, y la más alta en 2012, cuando se situó en 29,9, es decir, 5,5 grados de diferencia. La segunda mayor temperatura para un mes de agosto es aún más reciente. Fue el verano del año pasado, cuando la media diaria llegó a los 29,7 grados.

Costa cálida

El litoral encabeza las subidas de los termómetros

El amplio abanico que separa estos registros se enmarca dentro de otra realidad alarmante: el momento más cálido del año es además el que está acumulando mayores alzas de temperatura. Lo explica David Espín, investigador del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante: «Dentro de la subida generalizada que ha sufrido la Región de Murcia, y que puede apreciarse en todo el contexto anual, es en los meses de verano donde se da un mayor calentamiento en las últimas décadas». Y el fenómeno ha entrado en una espiral que lo agrava cada vez más rápido. «Desde 2010 todos los estudios del cambio climático están señalando que en muchas regiones del planeta, entre ellas esta, el proceso de calentamiento está manifestando una velocidad más elevada de la que se pensaba inicialmente», reconoce Olcina.

Dentro de este calentamiento, es la costa la que se lleva la peor parte. «Es donde se está viendo una aceleración más importante del ascenso:en las zonas litorales y prelitorales», añade Espín. «El año pasado ya fue mucho más cálido de lo normal en todas las zonas costeras de la Región de Murcia y de la provincia de Alicante, y este año estamos viendo ya cómo incluso se están superando aquellos registros».

Para prevenir los efectos estos ascensos extremos de temperatura sobre la salud de la población, especialmente de los colectivos más vulnerables, como personas mayores, enfermos crónicos y niños, la Consejería de Salud mantiene activo desde el mes de junio el 'Plan de acciones preventivas contra los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud', que estará vigente hasta el 15 de septiembre. Del mismo modo, la Inspección Territorial de Trabajo lleva a cabo estos meses las labores de vigilancia en las empresas para salvaguardar la salud de los trabajadores y prevenir posibles golpes de calor. Una campaña que, debido a un calor que cada vez llega antes y con mayor intensidad, comenzó este año un mes antes de lo habitual.

En esto interviene otra variable peligrosa:el número de jornadas de calor extremo a lo largo del año también ha vivido un incremento alarmante. En 1998 la Región de Murcia registró un total de 83 días con temperaturas medias superiores a 30ºC. En 2022 la cifra se elevó a 132. Según los datos del informe MoMo del Instituto de Salud Carlos III, en el verano de aquel año la Comunidad tuvo que lamentar cinco fallecimientos atribuibles al calor.

Las mínimas asustan

El ascenso «vertiginoso» de las temperaturas mínimas

Pero lo más relevante, según advierten los científicos, no son los días, sino las noches. La Región de Murcia ha experimentado un incremento de las llamadas 'noches tórridas' en las últimas décadas que elevan el suelo térmico y dificultan el descanso.

Mientras que en el periodo de 1943-1952 se observaron 213 noches tropicales en la Comunidad, es decir, con temperaturas mínimas de entre 20 y 25 grados, con una media de 21 noches por año, en los últimos 10 años este registro ofrece una frecuencia que se ha multiplicado por cinco, con 541 noches tropicales. Y a estas hay que añadir otras 23 noches consideradas tórridas, es decir, que no bajaron de los 25 grados.

Para el investigador David Espín, este incremento de los valores nocturnos constituye uno de los elementos «más alarmantes» del reflejo del calentamiento global en los nuevos veranos de la Región. «Es sin duda la variable que mayor ascenso ha experimentado en las últimas décadas. Sobre todo en los últimos diez o quince años, donde las noches tropicales, incluso las ecuatoriales, están disparándose exponencialmente y las mínimas están sufriendo un ascenso vertiginoso», señala.

Los investigadores del Laboratorio Climatológico de la UA se encuentran «muy alerta» respecto a esta nueva realidad, que ha causado sorpresa por su intensidad y que sigue manifestándose de forma cada vez más cruda. «El año pasado ya se alcanzó el récord de noches tropicales y ecuatoriales en el litoral de la Región y de Alicante, y sabemos que este año va camino de batir los registros del verano pasado».

Ya este pasado mes de julio, en el Observatorio de Cartagena, en Tentegorra, la temperatura mínima estuvo por encima de 25 grados durante veintiún días. «Fue un récord absoluto en siete décadas», advierte el investigador.

A la hora de encontrar factores determinantes en esos incrementos, los climatólogos dirigen su mirada al mar. «Es muy probable que las subidas estén ligadas al ascenso de la temperatura que está sufriendo el Mediterráneo, que afecta sobre todo a las mínimas en las zonas costeras, dificultando que los termómetros bajen. Estamos hablando de que en el mes de julio la temperatura ha estado casi tres grados y medio por encima de lo normal en estaciones como la de San Javier», apunta Espín. Y algo parecido espera este mes. «Seguramente, la anomalía en las mínimas va a volver a estar entre tres y cuatro grados por encima de lo normal y la media, entre dos y tres», señala el científico. «Esa es un poco la previsión viendo lo que ha pasado en julio y los modelos de cara a las próximas dos semanas, que ya nos permiten saber que este agosto va a ser un mes muy muy cálido, mucho más de lo normal».

Los registros récord

La mayor máxima se alcanzó en agosto de 2021: 46,2 ºC

Tampoco las máximas han dado descanso en los últimos tiempos. De los diez días con mayores picos de temperatura desde que se tienen registros, siete se encuadran en el siglo XXI. El récord lo ostenta el 15 de agosto de 2021, con una máxima de 46,2 grados. Y no muy lejos se sitúa el día 19 del pasado mes de julio, cuando los termómetros llegaron hasta los 43,8, una jornada donde la noche fue igualmente tórrida, con 26,1ºC.

En la comparativa entre los dos meses más cálidos del año, los datos ofrecidos por Aemet señalan que desde 1934 la temperatura media en agosto ha superado en 50 ocasiones a la de julio , mientras que solo en 34 ha sucedido lo contrario.

Respecto a las precipitaciones, también agosto suele contar con más que julio. El dato histórico desde 1873 muestra una importante diferencia. En los últimos 150 veranos, hubo 76 julios en los que no llovió ni un solo día, mientras que sí lo hizo en cien meses de agosto. Aunque más relevante resulta cómo se producen esas lluvias. «Lo estamos viendo en algunos estudios. La torrencialidad de la precipitación está aumentando a medida que crece el calor», apunta Espín. Y del mismo modo están aumentando otros fenómenos meteorológicos extremos como el viento o los reventones cálidos.

La tendencia, advierte el catedrático Jorge Olcina, «va a seguir durante las próximas décadas». Por ello, llama a poner en marcha «políticas de adaptación». «Tenemos que empezar a incorporar cambios en el diseño urbano, con edificios más aclimatados al calor y ciudades más verdes y con puntos de agua; y afrontar cambios en la agricultura y en el turismo».

Los eventos crecen a razón de uno por década

Las olas de calor, cada vez más frecuentes y extensas

Aparte de la evolución al alza de las temperaturas en la Región de Murcia, hay otro factor que está destacando en los últimos años por su rápida evolución y que ha puesto en guardia a los expertos: la repetición de las olas de calor. «Estamos viendo desde hace años un aumento clarísimo tanto en el número de eventos de ola de calor como en la cantidad de días que persisten», advierte el investigador del Laboratorio de Climatología de la UA David Espín. «Lo muestran claramente los datos de la estación de Alcantarilla, que es la que cuenta con mayor número de años de observación en la Región de Murcia».

Estos registros revelan que el número de olas de calor que vive la Comunidad crece a razón de uno por década, con un aumento más intenso desde los 90. «Hay un punto de ruptura en torno a los años 94 y 95. A partir de ahí se ve un cambio tendencia muy importante que se ha acentuado sobre todo los últimos dos años, que han sido los que han registrado el mayor número de eventos y también el mayor número de días de ola de calor, junto con el año 2015, que también fue muy cálido».

Para el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, este incremento se ha convertido en «un rasgo distintivo de los veranos en nuestra zona». «Tenemos llegadas de aire sahariano cada vez más frecuentes e intensas y estamos viviendo esta circunstancia muy de lleno desde el año 2015 a la actualidad».

A la hora de estudiar esta variación de los episodios de calor extremo en la Región, el Laboratorio Climatológico ha acudido a un criterio utilizado por el servicio de meteorología de Australia denominado factor de exceso de calor ('excess heat factor'). Se trata de un índice que combina registros de temperaturas máximas y mínimas en lugar de centrarse únicamente en las máximas, como determinaría la definición actual de ola de calor de la Aemet, que deja de lado el cada vez más relevante ascenso de las temperaturas nocturnas, clave en la falta de enfriamiento terrestre y en la duración de las acumulaciones de calor.

Los investigadores de la UA consideran más fiable este método, que es a su vez uno de los más extendidos en la comunidad científica a la hora de realizar estudios sobre este fenómeno, así como para determinar la incidencia de las olas de calor en un territorio. Y hay otra diferencia: «Mientras la Aemet considera ola de calor cualquier episodio de al menos tres días en que se supera un determinado umbral de temperatura, nosotros tenemos en cuenta la desviación de los tres últimos días en comparación con los 30 anteriores, que es muy útil también para ver el exceso de calor que hay y la aclimatación», dice Espín.

Efectos sobre la salud

El avance de las olas de calor en la Región de Murcia preocupa de forma especial por las implicaciones sobre la salud que han sido detalladas en diversas investigaciones. «Hay estudios científicos que combinan la parte climatológica y geográfica con la médica, y que han probado que en cuanto la persistencia del calor severo empieza a acumularse en un territorio y se extiende más de tres o cuatro días, la mortalidad en la población empieza a aumentar y los problemas de salud se hacen más frecuentes», advierte el investigador, quien apunta a la persistencia de las olas de altas temperaturas como uno de los mayores factores de riesgo, por encima de las máximas. «Puedes tener una ola de calor que dure 15 días y no sea muy intensa, pero que al final produzca más efectos negativos en la población que tres días extremos».

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