Momento de la apertura completa del puente del Estacio para el paso de una decena de embarcaciones, el pasado jueves, una operación que se desarrolló sin incidencias. PABLO SÁNCHEZ / AGM

Vecinos de La Manga Norte: «Nos sentimos vulnerables y aislados»

La población contiene el aliento con cada avería del puente del Estacio, que ha sufrido dos fallos en una semana

Domingo, 20 de agosto 2023, 08:16

Cada dos horas, y siempre en las pares si todo funciona según lo programado, dos secciones basculantes de sesenta metros de largo se abren para convertir al puente del Estacio en una majestuosa puerta entre dos mares. Para el turista, es el momento de ... hacer fotos para el recuerdo. Para los vecinos, un instante casi inconsciente en el que contener la respiración y esperar que todo salga como debe, dadas las frecuentes averías en la infraestructura casi cada verano desde hace dos décadas. Las últimas, dos hasta el momento, esta semana. La primera, el domingo pasado, generó retenciones y ansiedad, a partes iguales, durante poco más de hora y media, lo que se tardó en cerrar manualmente la estructura. La segunda, este viernes, provocó durante más de dos horas atascos que llegaban al centro de salud Costa Cálida, en el cartagenero kilómetro 5 de La Manga, y obligó a dar media vuelta a las embarcaciones de más de siete metros de altura que esperaban su salvoconducto marítimo. En ambos casos, sin incidencias sanitarias. Afortunadamente, por ahora.

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El puente del Estacio, paso obligado entre el Mar Menor y el Mediterráneo para centenares de embarcaciones a diario, es la única conexión terrestre entre La Manga Norte, la que se prolonga más allá del kilómetro 13, con sus más de 25.000 viviendas integradas en el término de San Javier, y el principio del cordón litoral, perteneciente a Cartagena.

En el año de su vigésimo cumpleaños como estructura basculante, el puente sigue siendo motivo de quebradero de cabeza para la Administración local, y un símbolo de vulnerabilidad para los vecinos. «Para casi cualquier urgencia médica dependemos del puente (para acudir al centro de salud Costa Cálida, en el kilómetro 5 de La Manga), porque el consultorio de la zona norte solo tiene médico dos días a la semana, y enfermería tres», explica Elisa Fernández García, enfermera jubilada que reside en el Venecia Azul desde hace 33 años, y que reclama al menos que se restablezca el servicio médico diario, de lunes a viernes, que tenían los vecinos de La Manga Norte antes de la pandemia.

El refuerzo de la dotación médica, al margen de las urgencias provocadas durante las aperturas o averías del puente, pero «teniéndolas en cuenta», es una de las aspiraciones del alcalde de San Javier, José Miguel Luengo.

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También del presidente de la Asociación Veneziola, Joaquín Carrasco, que representa a más de 300 vecinos que viven a ese lado norte durante todo el año, y no solo en verano. «Mi hija y yo conseguimos encontrar a dos médicos dispuestos a trabajar todo el año en el consultorio, pero los destinaron a Mazarrón», relata.

Atascos kilométricos

La apertura del puente, sin fallos mecánicos de por medio, puede suponer un interrupción del tráfico de entre 20 minutos y una hora, dependiendo del número de embarcaciones que hayan programado su paso. Si a la apertura se le suma una avería, la desconexión terrestre puede prolongarse horas, provocando atascos kilométricos desde la cafetería Mar y Mar, en la base norte del puente, y retenciones de las que no escapa ni el servicio de ambulancias.

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«Los fallos mecánicos se están reduciendo y se van a reducir aún más», asegura Luengo, quien matiza que «eso no significa que se vayan a eliminar». En este sentido, el primer edil lanza un mensaje tranquilizador a la población y asegura que está garantizada una respuesta rápida gracias a la evaluación que realiza el 112 de forma conjunta con la Comunidad Autónoma y los servicios municipales ante cualquier emergencia, con un protocolo amplio y dotado, para usar los medios que sean necesarios «en minutos», desde una zódiac o una 'ambulancha' hasta un helicóptero «si fuera preciso».

Así, la coordinación con los servicios municipales, así como con Protección Civil y Emergencias, Policía Local y el servicio de Vigilancia y Salvamento en Playas de San Javier, fue un punto clave del pliego de condiciones del contrato de mantenimiento y operación del puente del canal del Estacio para los años 2023 y 2024. Adjudicado por el Ayuntamiento de San Javier el pasado mes de noviembre por 312.634,96 euros, montante previsto para este año y el próximo, y dada la no renovación de la concesión a Puerto Menor, propiedad de la familia Tomás Maestre, el contrato incluyó por primera vez una partida extra de 50.000 euros para el acopio de 60 piezas básicas para el arreglo exprés de los fallos mecánicos más frecuentes.

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«El puente es una máquina que está en un ambiente muy agresivo, y las averías son inevitables», pero si se consolida el mantenimiento actual por parte de la nueva adjudicataria, «serán las menos», confía Luengo. Para tener y ofrecer tranquilidad «definitiva», para el mandatario local la solución pasa por recuperar el proyecto de túnel subterráneo, cuyo estudio llegó a encargar el propio alcalde en 2018, para determinar si era una opción viable y medioambientalmente posible. En este sentido, asegura que debería integrarse la gestión del Estacio dentro de la próxima concesión del Puerto Tomás Maestre, dado que el puente, o ese hipotético túnel, «da servicio marítimo a uno de los puertos deportivos más importantes del mundo y a varios municipios».

Joaquín Carrasco, y los vecinos a quienes representa, apoya la opción del túnel como la mejor solución ante cualquier urgencia sanitaria o incluso un incendio. «Eso es lo que deberían haber hecho en 2003, cuando sustituyeron el puente giratorio por el actual», concluye.

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Aurora Gil Bohórquez, profesora jubilada de 70 años y vecina de La Manga Norte desde 1999, recuerda haber visto en estos años, tanto en el entorno del puente giratorio inicial como en el basculante actual, emergencias sanitarias de todo tipo, incluidas las marítimas. Ahora, mientras señala una plataforma vacía a los pies del Estacio, asegura que la zódiac de salvamento «ni está, ni se la espera».

Numerosos vecinos de las urbanizaciones del lado norte aseguran no sentirse suficientemente reconfortados, y temen nuevas incidencias que les dejen aislados durante horas, sin servicio médico diario ni ambulancias. Algunos muestran su descontento de forma individual. Otros se suman a las dos grandes asociaciones de la zona, la que preside Joaquín Carrasco y la de nueva creación Comunidad La Manga Norte, cuyo presidente, Paulino Regadera, asegura que representa ya a cerca de un millar de vecinos de una quincena de comunidades de propietarios entre los kilómetros 12 y 20 de La Manga del Mar Menor.

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Quejas por la conexión en bus

Las comunicaciones con el autobús como medio de transporte concentran también buena parte de las quejas vecinales. Esta misma semana, la Consejería de Fomento, responsable de los interurbanos entre municipios, reconocía que a pesar del refuerzo de las frecuencias entre San Javier y Cartagena, los dos municipios entre los que se reparte La Manga, el servicio se ve saturado en momentos puntuales, si bien las líneas de Movibus que conectan Cabo de Palos con Veneziola se encuentran activas de lunes a domingo, las 24 horas del día.

Al respecto, Pedro Sánchez García, vecino de Veneziola, denuncia que los autobuses no cumplen el horario por las subidas y bajadas del puente del Estacio y que tampoco pasan por las nuevas paradas de Veneziola Golf 2 y Supercord, al tiempo que afirma que la conexión con Cartagena a primera hora de la mañana es muy complicada, ya que el autobús que parte de la punta final de La Manga solo llega al kilómetro 5 del cordón litoral.

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