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Valle Miguélez, la mujer callada que dinamitó Cs

Valle Miguélez, la mujer callada que dinamitó Cs

Perfil ·

Esquiva y trabajadora, se hizo con el dominio orgánico del partido para acabar asestándole el golpe que lo ha dejado malherido. Su voto en contra de la moción de censura aún resuena en Madrid y mantiene en 'shock' a sus excompañeros

Domingo, 21 de marzo 2021, 07:41

Pocos en la Región de Murcia pueden presumir de conocer en profundidad a María del Valle Miguélez Santiago (40 años, Palencia), consejera y diputada, la mujer callada que no quería salir en las fotos, que apenas hablaba, que elegía siempre la segunda o la tercera fila y cuyo desempeño político estuvo marcado por la discreción más estricta hasta que su nombramiento como secretaria de organización de Ciudadanos la empujó al escenario en 2016. Fue tras el estallido del escándalo de las facturas de las elecciones municipales y autonómicas de 2015, cuya onda expansiva se llevó por delante a su antecesor en el cargo y hoy portavoz del partido naranja en el Ayuntamiento de Murcia, Mario Gómez, a quien se responsabilizó de ordenar el pago de actos de campaña con cuenta al Grupo Parlamentario en la Asamblea Regional, a costa del dinero de las subvenciones de la Cámara. La tormenta terminó con ella como nueva delegada territorial para sorpresa de muchos de sus compañeros, que aspiraban al puesto y que vieron con recelo su fulgurante ascenso, que no parecía justificarse en su corta trayectoria política. Un año después accedió al Consejo General del partido en Madrid, donde ha mantenido vínculos con personas del entorno de Albert Rivera. Ni siquiera sus críticos sospechaban que podría ser ella, máxima autoridad del aparato del partido, quien lo acabaría dejando destartalado y herido al sumarse a los diputados tránsfugas y anunciar su compromiso con el PP para rechazar la moción de censura de Cs y PSOE contra el Gobierno regional.

Su fobia a los focos ha ido decreciendo con el desempeño de su labor como diputada regional desde 2019, donde ha tenido que asumir funciones de portavoz en más de una ocasión, y donde ha formado parte de la Comisión de Transparencia y control económico. Nada comparable a lo que tendrá que afrontar ahora en su recién estrenado cargo de consejera de Empresa, Industria y Portavocía en el Ejecutivo de López Miras, donde releva a la coordinadora regional de Cs, Ana Martínez Vidal.

Miguélez ha pasado así a ser la cara y la voz del Gobierno ante los medios y la ciudadanía, de tal modo que, al ocupar la Consejería de Martínez Vidal, se ha acabado convirtiendo en la primera portavoz de un Ejecutivo a la que no le gusta hablar.

Altos responsables de Ciudadanos aseguran que la posibilidad de que los diputados Isabel Franco y Francisco Álvarez rompieran la disciplina de partido y rechazaran la moción en la votación estuvo siempre sobre la mesa. Pero la deserción de Miguélez, a la que Martínez Vidal había dado un papel protagonista incluso en la negociación con el PSOE, no la esperaba nadie.

Trabajadora metódica, presumida, amante de los zapatos de tacón alto y los pitillos, y habitual a la vez del gimnasio y la cinta de correr y del cigarrillo para desconectar, Miguélez se ha labrado fama de dura y de hermética. Es técnico superior en Administración de Sistemas Informáticos, graduada en Economía por la Universidad de Murcia y cursa un máster de gestión portuaria.

Carrera inmobiliaria

Llegó a la política después de desempeñar cargos en empresas del sector inmobiliario, donde ha sido apoderada. Una actividad que la llevó a Marbella primero y a Murcia después. Una de estas sociedades cuenta como administrador único con un empresario que hoy se encuentra fugado de la Justicia.

Como delegada territorial se convirtió en los ojos en Murcia del entonces secretario de organización Fran Hervías -hoy acogido en el PP-, de cuya mano se hizo con el control del partido, a tal punto que fue la responsable de elaborar todas las listas de Cs para los últimos comicios.

Quien fue todo para el partido naranja es ahora el puntal que mantiene al PP en San Esteban. Pulsó el detonador antes de salir y no miró atrás. En las sesiones de la moción de censura en la Asamblea, sus excompañeros buscaban respuestas en sus ojos, pero ella ya no les devolvía la mirada.

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