Las vacaciones de los políticos: playa, libros y escapadas al norte

Como el resto de mortales, los políticos de la Región de Murcia también necesitan disponer de tiempo libre en verano para desconectar de la realidad y coger fuerzas de cara al nuevo curso. Esos días suelen cogerlos en agosto, cuando la Asamblea Regional tiene cerradas sus puertas, las administraciones se quedan desiertas de funcionarios y la actividad pública es prácticamente inexistente.

La duración y naturaleza de las vacaciones de los políticos dependerá del grado de responsabilidad del cargo que ocupen. No pueden relajarse igual un diputado raso –que, por mucho que quisiera trabajar, no podría hacerlo porque no hay actividad legislativa– que un presidente autonómico o el alcalde de un municipio importante. Los móviles de los primeros espadas nunca pueden estar del todo apagados o fuera de cobertura, pues no se sabe cuándo va a saltar una crisis. Que se lo digan a Fernando López Miras, que el pasado verano tuvo un final de agosto duro con la anoxia en el Mar Menor.

Por lo que pueda pasar, no se va a ir muy lejos el jefe del Ejecutivo regional este agosto. Se instaló en Águilas, municipio donde siempre veraneó. Esta última semana estuvo operativo, pendiente del decreto de ahorro energético y concediendo una entrevista a una televisión nacional. También tuvo un acto de partido, precisamente en Águilas. En sus redes sociales desveló su asistencia, el domingo pasado, a una corrida de toros de José Tomás en la plaza de Alicante. En ese festejo taurino le acompañó el titular de Economía y Hacienda, Luis Alberto Marín, uno de los pocos consejeros a los que se le ha visto el pelo en los últimos días. El lunes presentó el balance de las donaciones y el jueves asistió al pregón de fiestas de Fortuna.

También dieron señales de vida Valle Miguélez y Marcos Ortuño, que asistieron a la cumbre telemática sobre el plan de ahorro energético que la vicepresidenta Teresa Ribera mantuvo con las autonomías. El más activo del Gobierno está siendo Antonio Luengo. Tiene agenda casi todos los días. Y vive pendiente de la evolución de los parámetros del Mar Menor.

El secretario general del PSRM, José Vélez, no tiene previsto abandonar Murcia en agosto, salvo salidas esporádicas a su pueblo, Calasparra, donde siempre hay algunos grados menos que en la capital. Si a López Miras le tiene inquieto el estado del Mar Menor, el delegado del Gobierno mira de reojo las costas, no vaya a ser que se encuentre con una crisis migratoria. El plan veraniego de Vélez consistió en una escapada a Galicia junto a su esposa y sus dos hijas. Salió un jueves y volvió un lunes. Estuvo en el municipio de Muxía, en la Costa da Morte. No tiene costumbre de hacerse fotos con el móvil, por lo que no aportó imagen del viaje para ilustrar este reportaje. Además, fue a los conciertos de Joan Manuel Serrat y Passenger.

Hacia Galicia partió, asimismo, el alcalde de la capital, José Antonio Serrano. Junto a su mujer, Lola Jara, el regidor socialista se desplazó en su vehículo propio a la tierra de las 'meigas' y allí permaneció cuatro días. Durante su estancia, el alcalde de Murcia visitó lugares como las islas Cíes o el Monasterio de Santo Estevo, donde se desarrolla la trama del libro que está actualmente leyendo: 'El bosque de los cuatro vientos', de María Orduña.

Tuvo tiempo de concertar un encuentro con su homólogo de Vigo, Abel Caballero, famoso por los alumbrados navideños. El resto del verano se encuentra en Murcia, con menos agenda pero más «política de calle» en las pedanías. No obstante, algún día va para La Manga y ahora acudirá bastante a Los Alcázares, pues tendrá protagonismo en la Semana de la Huerta y el Mar.

La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, tiene su residencia veraniega en La Manga, donde cada mañana pasea a su perro, 'Coco'. Hasta ahora mantuvo su agenda y fue a diario al Ayuntamiento. La próxima semana, que define como «semana del autónomo» (ya que los negocios aprovechan la desbandada general en las ciudades para tomarse un descanso), piensa «desconectar y recargar las pilas», pasando unos días con su familia en un parque de aventuras. En cuanto a sus lecturas, Arroyo se ha decantado por algunas de las obras finalistas en los Premios Mandarache.

El presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, es un veraneante histórico de Puerto de Mazarrón. Allí se baña, pasea y lee. Este verano han caído los libros 'La mirada quieta de Pérez Galdós', de Vargas Llosa, y 'La tentación del caudillo', de Juan Eslava Galán. Mantiene contacto frecuente con la letrada de la Asamblea, Encarnación Fernández de Simón, y va «a aquellos actos a los que me invitan». Por ejemplo, fue «más que nunca» al Festival del Cante de las Minas de La Unión y se le verá mucho por la Semana de la Huerta y el Mar de Los Alcázares.

En Puerto de Mazarrón se encuentra también la coordinadora del partido que expulsó a Alberto Castillo, María José Ros. No ha logrado desconectar, pues raro es el día en el que no manda una nota de prensa comentando cualquier asunto de la actualidad. Se escapó a Cabo de Gata y la isla de Tabarca, para practicar 'snorkel'. Acaba de terminar 'El día que se perdió la cordura', de Javier Castillo, y ahora está con 'La Bestia', de Carmen Mola. En Mazarrón también descansan expolíticos como Diego Conesa y José Antonio Ruiz Vivo, entre otros.

Dice que no va a dejar Cartagena María Marín, portavoz de Podemos en la Asamblea. Sus salidas a la playa se limitan a cuando va a las mesas informativas sobre el Parque Regional del Mar Menor, dentro de la campaña organizada por su partido. 'Antifascistas', de Mikel Ramos; 'Verdades a la cara', de Pablo Iglesias; 'Sapiens', de Yuval Noah, y 'Rebeliones y revelaciones', de Gioconda Belli son sus libros de cabecera en vacaciones.

Lejos del mundanal ruido vive Miguel Sánchez, portavoz de Cs en el Senado. Pasa el verano en la casa de sus padres en El Moral. De cuando en cuando, se desplaza a la playa (Águilas) o a las fiestas de los pueblos de alrededor. Empezó a escribir la que será su segunda novela, que estará ambientada en la II Guerra Mundial. Así que se está documentando con obras sobre la División Azul, los voluntarios de Franco que combatieron con las tropas nazis frente a la Unión Soviética.

En este reportaje no se incluye a nadie de Vox porque una portavoz nacional del partido rechazó que participaran por razones de «privacidad y seguridad».

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