1970 -1990

¿Fuiste a EGB?

«Cómo manchaban las cabronas». Este comentario en Facebook junto a la foto de unas ceras Manley es el origen del libro más vendido en España

ISABEL IBÁÑEZ

Martes, 6 de mayo 2014, 20:53

Todo empezó en Facebook el 28 de septiembre de 2010 con una foto de las pinturas de cera 'Manley' junto a este comentario: «Cómo manchaban las cabronas». Tiene 16.000 'Me gusta', más de mil comentarios y se ha compartido dos mil veces. Días más tarde, una imagen de la cartilla con la que aprendimos las primeras sílabas: «'Co' de copazo de coñac, 'ci' de cigarro... Así hemos salido». ¿Cómo hemos salido... quiénes? Se refieren Jorge Díaz (Bilbao, 1971) y Javier Ikaz (Barakaldo, 1978) a todos aquellos que crecieron con la Educación General Básica, la famosa EGB, un modelo para la enseñanza primaria obligatoria aplicado en España desde 1970 y sustituido progresivamente por la Logse a partir de 1990. Aunque esto no va del sistema educativo en sí, sino de la época que lo acompañó. Hay todo un mundo de recuerdos en común... sí, también podemos llamarlos artículos de consumo masivo: la bollería industrial con sus grasas trans y sus cromos y figuritas; publicaciones musicales como la 'SuperPop' y sus pósters para forrar carpetas; los cómics, perdón, tebeos; series y programas infantiles y juveniles con guiños al marxismo ('Viva el mal, viva el capital', que decía la Bruja Avería en 'La bola de cristal')... Las generaciones anteriores ni imaginaron algo así, el inmenso contingente de información, la iconografía que ha tatuado a estos hijos de la EGB de forma indeleble. Los chicles Cheiw, 'Mazinger Z', ¿Bonny, Tigretón o Pantera Rosa?, la Nancy y el Madelman, responder al teléfono con un 'digamelón' ... Y qué decir de aquel papel higiénico marrón, el del Elefante, sin que nadie lograra descifrar el misterio de cuál de sus dos caras era 'la buena': ¿Áspera o satinada? La entrada dedicada en Facebook a este enigmático producto arranca la carcajada: «Si pensabas que la anchura del papel higiénico era estándar, te equivocas. Este se presentaba en dos formatos: el normal y uno más ancho, un extra especial para manazas o culo gordos. ¿Era necesario?».

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El mayor poder adquisitivo de los padres, el desenfreno que provoca la salida de cualquier dictadura, el disfrute del ocio como nunca antes en nuestro país, el desarrollo de la tecnología enfocada precisamente a esto (los primeros videojuegos), la televisión a pleno rendimiento y la expansión de la 'aldea global' que el sociólogo canadiense McLuhan había desarrollado a lo largo de la década de los 60 hizo de ellos lo que son. ¿Y qué son?

Las respuestas se encuentran en la citada página de Facebook (más de 750.000 seguidores y decenas de miles de 'Me gusta'), en un blog (www.yofuiaegb.com) que nació en agosto de 2012 (se ha llevado varios premios y recibe 2,5 millones de visitas mensuales, 700.000 usuarios únicos), y finalmente, en un libro que vio la luz en noviembre del año pasado, 'Yo fui a EGB' (Plaza y Janés, 257 páginas, 18,90 euros). Va por su undécima edición con más de 150.000 ejemplares vendidos. Enormes cifras para estos tiempos. Más aún; en lo que va de año, es el más vendido en nuestro país, según los datos de Nielsen, seguido de la novela de Isabel Allende 'El Juego de Ripper'.

Lágrimas en los ojos

«Estuvimos firmando libros el día de Sant Jordi en Barcelona -dice Jorge Díaz- y esa jornada en concreto fuimos los que más vendimos en no ficción. Cuando llegamos, nos habían puesto en una caseta entre Francisco Ibáñez y Frederick Forsyth y había muchísima gente haciendo cola. Pensamos que era para alguno de ellos, pero, qué va, ¡nos estaban esperando a nosotros!». Muchos, con lágrimas en los ojos por los recuerdos recuperados gracias a esta iniciativa que ya ha creado 'marca': «Antes, la frase que se empleaba era 'cuando éramos pequeños' o 'en los ochenta', pero ahora se dice 'cuando estábamos en EGB'. Y eso nos lo adjudicamos», añaden los autores. El caso es que el libro gusta hasta a los críos pequeños, «porque lo ven como un cuento, por los cientos de fotos que lleva y el diseño (Cristina Irisarri, de la empresa 'Pentsaleku'). Es una buena manera de que los hijos conozcan algo más a sus padres». Se trata de un caso curioso, ya que el libro sigue vivo a través del blog y la página de Facebook, de los que se retroalimenta cada día.

Imposible esconder la media sonrisa por la certera puntería de los 'Diez libros que estaban en el mueble de la sala', en buena parte 'culpa' de la visita mensual de Círculo de Lectores, que en aquel tiempo vivía su apogeo: 'Tuareg' de Vázquez Figueroa, 'El libro de la vida sexual' de López Ibor, 'Caballo de Troya' de J. J. Benítez, 'Chacal' de Forsyth, el 'Wilt' de Sharpe... No digan que no les suena. Recuerdan Ikaz y Díaz el día que colocaron como avatar de su página de Facebook un libro de lo que entonces se llamaba 'sociales': «Llegaron a la página 20.000 personas nuevas y al de poco otras 20.000. Increíble, así que desde entonces no lo hemos cambiado. Luego nació el blog, el primer día hubo tal tráfico que se colapsó todo, nos llamaron del servidor para decir que teníamos que contratar más espacio. Cada mes hay una evolución brutal. La gente insistía en que teníamos que poner todo en papel. Nos llamaron de todas las editoriales para hacerlo realidad. Y finalmente aquí está».

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El material parece no acabarse nunca: «Abarcamos muchos años y muchas temáticas, y nuestros seguidores nos mandan auténticas joyas. Una chica encontró entre las páginas de un viejo libro el envoltorio de un paquete de 'rufinos' con la imagen de Heidi. Seguramente será el único que existe. Otro caso es el de un obrero que al levantar una arqueta se topó con un paquete de chicles 'Boomer'. Sacó la foto y nos la envió. Pura arqueología EGB».

Cada nueva aportación goza de un éxito inmediato, algunas especialmente celebradas por la comunidad 'egebeadicta', como el catálogo de Ikea que elaboraron con muebles de los años 80, véase aquellos sofas de escay (material que imitaba el cuero) donde los críos rebuscaban las monedas que se le escapaban de los bosillos al padre. «Usamos la misma tipografía que la empresa sueca y pusimos los precios en pesetas. Tuvo muchísimo éxito. Luego hicimos otro de MediaMarkt con un walkman. Lo que más suele gustar es cuando contamos qué ha sido de algunos actores de series o películas, como los 'Goonies'».

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