Trueba, Carrión y el actor Miguel Ángel Silvestre, durante un momento de la gala.
Cultura

«Le dije bajito varias veces que iba a arrasar»

El profesor de Cartagena Juan Carrión vive con emoción el triunfo en los Goya de la cinta de David Trueba . Se sentó al lado del director madrileño y fue el protagonista de la gala; a él le dedicaron los premios de 'Vivir es fácil con los ojos cerrados'.

ROSA MARTÍNEZ

Martes, 11 de febrero 2014, 11:07

Él sabía que iba a arrasar. Que la película de David Trueba «se iba a llevar los premios más grandes». Y se lo dijo a su director. Se lo dijo bajito, al oído y varias veces, aprovechando que lo tenía sentado a su lado y compartiendo cada minuto de lo que acontecía sobre el escenario. Juan Carrión, 89 años, profesor de Inglés en Cartagena y alma de la película triunfadora en los Goya, 'Vivir es fácil con los ojos cerrados', se despertó ayer en la habitación de su hotel en Madrid y se echó a la calle acompañado de su sobrino. Se fue «a comprar todos los periódicos»: «¡Me han hecho tantísimas entrevistas que tiene que ser interesante ver lo que dicen!».

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Pocas horas antes vivió uno de los momentos más emocionantes de su vida: «¡Fue una cosa grandísima!, la película se hizo poco a poco la dueña de la situación y estoy muy contento». El impulso que hace más de cuarenta años le llevó a ir en busca del cantante de The Beatles John Lennon para pedirle que le escribiera las letras de sus canciones -con las que Carrión enseñaba inglés a sus alumnos en Cartagena-, le llevó también este domingo hasta el auditorio del madrileño Centro de Congresos Príncipe Felipe, donde asistió, invitado por el propio David Trueba, a la gran fiesta del cine: «Me habían dado dos entradas. Yo estaba sentado en la fila cinco o así con una amiga, que también fue alumna mía, y el hermano de David, Fernando Trueba, se sentó con nosotros. Estuvo un buen rato, pero luego vino David y me llevó con él a las primeras filas. Por eso me enfocaban tanto, porque estaba a su lado y no paraban de nombrarme», cuenta orgulloso: «Por lo visto, salía en la tele en todo momento».

Que acaparó la atención de las cámaras además de gran parte de los aplausos lo sabe Carrión porque se lo ha dicho su familia y porque se lo han recordado en todas las entrevistas que ha hecho tras la gala; pero él insiste: «¡Yo no era el protagonista! Era David», y hasta bromea: «Lo que pasa es que me dio el Goya para que se lo sostuviera y la gente se pensó que lo había ganado yo». Tiene 89 años y apenas oye -«en la gala, de vez en cuando le daba un codazo a David para que me dijera lo que habían dicho porque no lo entendía», confiesa-, pero conserva la ilusión de un niño y sabía que la cinta de Trueba iba a arrasar: «Tenía una premonición y se lo dije bajito varias veces». «Ha hecho una película muy bonita y muy positiva que debería ver todo el mundo porque rezuma amor y bondad», dice este profesor de Inglés ya jubilado.

La celebración, en casa

De la gala cuenta que fue «impresionante», «una cosa muy interesante de ver para quien no haya ido nunca. Había mucha gente y muchas chicas con vestidos largos», describe, pero lo que más le emocionó no tuvo como escenario el auditorio madrileño, sino la casa de la familia Trueba: «Por la noche, después de la fiesta y las entrevistas, que hubo muchas, fuimos a casa de David a celebrarlo. Allí le di el Goya que yo llevaba a su hijo, que tiene 7 u 8 años. Estaba también su madre, que es una anciana de 82 años muy entrañable. Y te voy a confesar; lo que más me emocionó fue ver a David, a Fernando, a su madre... a todos, unidos. Son como una piña, no hay nada de protocolos y eso fue lo que más me emocionó. Estaba toda la casa llena de gente joven, de gente aplaudiendo. Se veía que se quieren todos mucho». Y desvela Carrión: «¡No nos dejaron pagar nada, hasta el taxi lo pagaron ellos! Nos trataron muy bien, son encantadores».

A sus alumnos, a los que Carrión pretende dar clase hoy -«hay que volver a la normalidad aunque dé un poco de pereza al principio», dice-, les contará cómo vivió la gala. «Será una clase especial; seguro. Porque, aunque tengo un poco de mal genio en el aula, me quieren mucho y están muy orgullosos de mí», relata.

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Carrión llegó ayer a la estación de Cartagena muy contento porque «el nombre de la ciudad ha salido mucho en televisión» gracias a su historia. De esta experiencia, que empezó cuando la Universidad de Almería le invitó a dar una conferencia para contar su encuentro con Lennon y aquello llegó a oídos de Trueba, reconoce que lo más importante ha sido el cariño que ha recibido: «Al coloquio que tuve hace poco con David en la Universidad Politécnica fue toda Cartagena. Me siento muy reconocido y eso es muy positivo, aunque yo lo único que he hecho es trabajar, como otras muchas personas. Soy tan viejo -cuenta entre risas- que el día que no dé clase no sé qué voy a hacer». Y termina: «Me asombra ver todo lo que se ha armado, porque yo lo único que he hecho es trabajar».

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