Lewis Hamilton saluda al público de Spa junto a Sebastian Vettel y Mark Webber. :: VALDRIN XHEMAJ / EFE
Motor

Hamilton y Mercedes mezclan bien

El inglés levanta a su equipo con su cuarta 'pole' consecutivaUna mala estrategia por culpa de la lluvia provoca que los Ferrari de Alonso y Massa ocupen la novena y la décima posición de la parrilla

JOSÉ CARLOS CARABIAS

Domingo, 25 de agosto 2013, 03:18

Corre el champán en Spa por el campamento de Mercedes con la moderación debida. Ni dramas perpetuos en las malas ni vuelos estratosféricos en las buenas. Visten un terno de plata y verde los pasajeros de la escudería y, alemanes ellos, no dan un paso en falso si las cuentas no les cuadran. Dos y dos deben sumar cuatro. Mercedes está poniendo los cimientos de un futuro que se vislumbra potente para la marca. Hamilton ha contribuido decisivamente a apuntalar un proyecto que se mide en millones de euros y en fichajes de ingenieros galácticos. Es el nuevo rico, el rival de todos que se anuncia para el final de temporada y en la panorámica de 2014.

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Lewis Hamilton volvió a situarse en un lugar conocido, la primera línea de la parrilla en un gran premio de fórmula 1. En el circuito de Spa-Francorchamps consiguió su cuarto botín consecutivo, cuarta 'pole' en fila para un equipo en estado de gracia. Es la séptima de los alemanes en once carreras, lo que da buena muestra de su potencial. Fue una clasificación frenética por la lluvia, que jugó al escondite en las Árdenas. Fernando Alonso no gestionó bien con Ferrari las circunstancias del día. Saldrá noveno, justo por delante de su compañero Massa.

«Cómo no van a crecer si han fichado a los ingenieros que han construido todos los coches en la fórmula 1 en los últimos años», se escucha por el 'paddock' belga en referencia a la escudería que está en boca de todos. Mercedes era un equipo inestable y excesivo. Conseguía 'poles' los sábados y machacaba los neumáticos los domingos, sin opción a nada. Siempre había un rival que adelantaba a sus coches por su tendencia natural a cambiar ruedas en el garaje.

Todo cambió en la primavera, después de un test clandestino con las ruedas Pirelli que provocaron una revuelta general y unos entrenamientos de tres días en verano para todos los demás equipos en aras de la igualdad. Mercedes parece haber sacado el máximo provecho de aquella circunstancia y ahora se maneja con soltura en lo alto del escalafón.

Los progresos se plasmaron, polémicas al margen, en la última carrera, Hungría, a finales de julio antes de las vacaciones. Hamilton consiguió su primera victoria con Mercedes en unas condiciones teóricamente adversas: un circuito muy lento y caluroso que podía devorar las ruedas. Nada de esto sucedió. El inglés mantuvo un ritmo infernal y espantó todos los fantasmas relativos a las gomas. Mercedes ya no sufre. Es la alternativa.

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Ross Brawn, el artífice de los éxitos de Schumacher en Ferrari y del Mundial que ganó Button con Brawn GP, fichó a Hamilton el pasado invierno con la idea de reflotar la nave. El piloto fue el faro visible, pero por detrás se coció una revolución ideológica. La mayoría de los ingenieros con pedigrí de la fórmula 1 han acabado en Mercedes. Brawn contrató a Aldo Costa (ex Ferrari), Bob Bell (ex Lotus-Renault) y Geoff Willis (ex HRT). La gota que colmó el vaso fue la llegada de Paddy Lowe, ex director técnico de McLaren, hombre fuerte y número dos en la sede de Woking. Los estrategas del diseño de las principales escuderías trabajan ahora para Mercedes. Y Lowe se prepara para tomar el relevo de Brawn, quien ha deslizado que no quiere seguir el año que viene.

Agua y estrés

En la clasificación de ayer, la ronda inaugural fue una secuencia de estrés por las cuatro gotas que cayeron en la pista. Turno para los tácticos y la combinación de ruedas en el habitual dilema entre neumáticos de lluvia o de seco. Se puso el 'paddock' de los nervios con la elección adecuada y el resultado de los veinte minutos de cronometrada fue una sorpresa morrocotuda. Triunfaron los modestos. Van der Garde (Caterham) logró el tercer mejor tiempo y los dos Marussia (Chilton y Bianchi) cruzaron la frontera. Fernando Alonso paró el crono en 2.00:190, el más rápido de todos.

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El español también mostró buenas sensaciones en la Q2. Se secó el asfalto y los pilotos recortaron diez segundos al cronómetro. Alonso selló un tiempo potente, 1.48:309, por detrás de Kimi Raikkonen. Tuvo problemas Hamilton, eterno candidato a la pole y que sufrió colgado del alambre, décimo en esta ronda.

Todo lo que alentaba un sábado dichoso para Alonso se convtirtió en decepción unos minutos después. El español calibró su momento, pero se salió de la pista cuando todos los favoritos se jugaban la pole y acabó noveno. Durante muchos minutos Paul di Resta soñó con el primer puesto, pero a la hora de la verdad y con la pista cambiante (del diluvio al seco), Hamilton mostró lo que es: un piloto superior. Saldrá primero por delante de los Red Bull de Vettel y Webber en el circuito que se le ha cruzado desde tiempo inmemorial a Fernando Alonso.

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