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Volcado

Japón, tristeza en el Trono del Crisantemo

PPLL

Lunes, 5 de agosto 2013, 13:46

La monarquía más antigua del mundo es, probablemente, «la más desconectada con su pueblo», aprecia el genealogista de la UNED Jaime Salazar. Japón es fiel reflejo del desgaste que han tratado de evitar sus homólogos europeos. El país más tecnologizado tiene en su cúspide a la saga del Trono del Crisantemo. Naruhito, su príncipe heredero, eligió en su día entre un listado de unas 50 candidatas a Masako como esposa. Otra mujer de mundo, doctorada en Harvard, como excusa para tratar de hacer mundana a la monarquía más rígida y anclada. Pero el matrimonio solo ha dado el fruto de una princesa, Aiko, nacida en 2001.

El Gobierno nipón trató de forzar un cambio en su estricta Ley de Sucesión Imperial a mediados de la década pasada. Pero el nacimiento en 2006 de Hasihito, hijo del príncipe Akishino, hermano menor del heredero, y primer varón de la línea sucesoria del último medio siglo, cortó de raíz la modernización. Desde entonces, la familia real japonesa parece sumergida en un pozo de apatía y tristeza. Sometida a tratamiento contra su depresión crónica, Masako apenas aparece en público. Aiko, tercera en la línea sucesoria tras su padre y su tío, no ha esquivado el ambiente conventual del palacio Togu. No es la primera vez que tiene problemas en la prestigiosa y elitista escuela Gakushuin de Tokio, donde llegó a ser víctima de acoso escolar. Con su primo Hasihito, de 6 años, se ha roto la tradición de llevar a los escolares reales a este centro y realizará sus estudios elementales en la escuela de Primaria de la Universidad de Ochanomizu, también reservada a las clases más privilegiadas, después de superar las duras pruebas de conocimiento y comportamiento que exige este centro.

Jorge de Cambridge se suma a una lista de retoños reales en la que le precede Estela de Suecia, hija de los príncipes Victoria y Daniel, que aún no ha cumplido año y medio. Ambos podrían quedar desbancados si se confirman los rumores de embarazo de Estefanía de Luxemburgo, esposa del príncipe Guillermo. Mientras, Mónaco contempla entre la espectación y el morbo la falta de relevo a Alberto II.

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