Tomás Maestre, cartagenero del año 1972
El impulsor urbanístico de La Manga tenía sus raíces familiares en el municipio
NOMBRE APELLIDO
Sábado, 20 de julio 2013, 03:06
Tomás Maestre Aznar, recientemente fallecido a los 87 años de edad, fue el Cartagenero del año 1972. Le habían precedido Rafael de la Cerda, Juan Oliva y Ginés García Martínez, y le secundaron Mario Arnaldos y Francisco Oliver Narbona, en los inicios de un galardón que nació bajo los auspicios de Manolo Martínez Pastor y que contaba con un heterogéneo jurado, entre los que tuvimos el honor de formar parte. Y lo seguimos manteniendo.
Isidoro Valverde, que también era miembro del jurado, se encargó de glosar su figura en la cena que en su honor se celebró el 10 de febrero de 1973, en La Dama de Oro. Allí dijo que «a Tomás Maestre le debe Cartagena, nada menos, el complejo de La Manga, que es y será mucho más de lo que el cartagenero podría imaginar. El cartagenero corriente, pues, tiene que reconocer, al menos, que con La Manga quedan lejos los tiempos heroicos de baños en El Espalmador, en Los Bloques, en el Rompeolas o en el muelle Alto.
Este pueblo de recia e indiscutible personalidad de tanta agudeza, de tanta gracia, tan viejo y tan estoico, está necesitado de hombres como Tomás Maestre Aznar, con mentalidad empresarial, con apellidos de agudas resonancias cartageneras y por cuyas arterias corre sangre de la tierra. En efecto, por Tomás Maestre corre sangre cartagenera. Un bisabuelo suyo, Andrés Pedreño, a los catorce años de edad, se escapa de la casa paterna y se emplea de mozo en una posada de Cartagena. A la sazón, se encuentra preso Godoy en un barco sito en nuestro puerto. A Godoy le sirven su comida de la posada donde trabaja el mozo, y es éste quien, a diario, lleva el yantar a Godoy. A Godoy la hace gracia el chico y le regala un cargamento de garbanzos que se halla en el puerto. A Andrés Pedreño no le hace falta nada más: es el comienzo de su ascensión económica. Se hace empresario y dueño de un muelle del puerto que llevará su nombre (muelle de Pedreño) y, luego, el de Aznar. ¿Nos extrañará ahora que Tomás Maestre se sienta cartagenero? ¿Nos extrañará ahora que Tomás Maestre sea hombre de empresa? ¿Nos extrañará ahora, en fin, la audacia de Tomás Maestre al lanzarse a los negocios como se lanzan al agua los 'queos' desde el muelle Alto?
Quiero recordarte -proseguía Valverde- que tu padre era de Portmán, ese poblado tan nuestro, tan ligado a nuestra historia y cuyo nombre resulta tan difícil de pronunciar correctamente a cualquier cartagenero que se precie, fisiológicamente incapacitado para articular tres consonantes seguidas de tal talante; y quiero recordarte que tu madre nació y vivió en esa casa de gran porte de la calle de Jabonerías, todavía en pie como signo de otras épocas ya periclitadas.
Y quiero recordarte (porque estas son las cosas que a mí me gusta recordar) que tu abuelo paterno, José Maestre, fue hermano mayor de los marrajos, en tanto que tu abuelo materno, Justo Aznar, lo fue de los californios, y que, en consecuencia, en tu casa se ha vivido la disyuntiva tensa y agresiva del 'cali' o 'marra'.
Y quiero recordarte que tus padres vivieron, y tus hermanos mayores nacieron, en esa mansión que hubiera hecho las delicias de Conan Doyle, tan entrañable y tan imprescindible en el paisaje de nuestra plaza de España. Y quiero recordarte que tu madre se educó en el Colegio de San Miguel; y que tus padres se casaron en la capilla del Colegio, esa capilla con aire ingenuo, encantador y candoroso de religiosa comunidad francesa, en la que no faltaría (estoy seguro), para escándalo de progresistas, las imágenes del Arcángel luchador, del Vicente de Paúl acariciador de los pobres, de la caritativa Catalina Labouré, sorprendida por alguna visión celestial, y, desde luego, la de una Juana de Arco, pertrechada con armadura y portadora de una bandera azul salpicada de flores de lis.
Y quiero recordarte, en fin, que tu padre vivió los últimos días de su vida, en 1936, en la cárcel de San Antón, donde se encontraba preso con otros cartageneros bien nacidos y de donde salió el 15 de agosto para morir, alevosa y cobardemente asesinado, en la carretera de Murcia, hecho un haz con Pedro Gambín, Alfonso Torres, Egea, Ferry, Rocha, Carlos-Roca y Mustieles… y que murió y fue enterrado en medio del campo, a un pasico de su tierra impar, en una tierra calcinada por nuestro sol donde increíblemente y de milagro, heraldos de la verdad de una Providencia, pervivían ternes unas cuantas florecicas amarillas».
Descanse en paz, Tomás Maestre Aznar, que supo vivir con orgullo su título de Cartagenero del año 1975.
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