CARTAGENA

Venta callejera y turismo

JOSÉ MONERRI

Domingo, 28 de abril 2013, 02:38

Los hosteleros quieren modificar la ordenanza que regula el cierre de los veladores para ampliar su actividad en al menos una hora. Así, en invierno, podrían abrir hasta la una de la madrugada, en lugar de hasta la medianoche. Y en verano, pasar de la una y media a las dos y media.

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Los empresarios aducen que, si se quiere potenciar el atractivo turístico de la ciudad, la política de cerrar las terrazas cuando llega la medianoche es del todo errónea. La presidenta de Hostecar, Francisca Naranjo, considera que de esa manera solo se consigue ahuyentar a los clientes. Por su parte, Antonio Sánchez Arenas, presidente del Centro Comercial Abierto, prepara una petición para que el Ayuntamiento autorice a los establecimientos del casco urbano la colocación de expositores con artículos a la venta en la vía pública, sobre todo en la zona peatonal. Dice que «hay más de veinte tiendas de 'souvenirs', complementos y artículos para turistas, ubicados en el casco histórico peatonalizado, que quieren que se les permita, sobre todo en los días de escala de cruceros». Sánchez Arenas deja en el aire la interrogante de ¿por qué se habla tanto de potenciar Cartagena como una ciudad turística y no se permite contribuir como se hace en otras localidades con esta categoría?

Francisca Naranjo se queja de que el concejal de Comercio, Mariano García, «se ha negado a debatir sobre el horario de las terrazas». Sin embargo, el citado concejal, que afirma que «la modificación de la ordenanza existente está sobre la mesa», también deja entrever que no tiene cerrada la puerta a considerar propuestas de cambio de funcionamiento de las terrazas.

Por otro lado, en el Ayuntamiento el asunto levanta considerables recelos Fuentes de la Alcaldía manifiestan su temor a que, si se abre la mano en este tipo de actividad «las calles más importantes del casco histórico, es decir las que crean nuestra imagen en el turista, se conviertan en un mercado persa; en una especie de zoco» muy difícil de controlar.

Para Sánchez Arenas, «evitar que los comerciantes se extralimiten está en manos del Ayuntamiento. Deben elaborar una normativa. Pueden incluir todas las condiciones y limitaciones que quieran. Y ponerle precio a la ocupación de la vía pública, como hacen con las terrazas de hostelería. Pero no pueden negarse». También reconoce que «todos los comerciantes saben que los cruceros no son la panacea, a día de hoy. Pero puede serlo a medio plazo si se toman las medidas para apoyar la actividad».

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También está el tema de las quejas de los vecinos, que han llevado a aumentar la presencia de la Policía Local para evitar esos ruidos nocturnos que, ciertamente, son molestos. Pero eso no es óbice para que se afronte debidamente la cuestión de conceder permiso a los comerciantes que lo pidan, para vender en la calle. Por eso, estimamos que el asunto de la modificación de la ordenanza debe ser abordado en una reunión con los representantes del sector para escuchar sus quejas y debatir sus propuestas. Estamos ante una cuestión interesante que tiene reflejo y repercusiones en los comerciantes, en el vecindario y en los turistas. De ahí que esperemos que se arbitre una solución que, por supuesto, debe redundar en beneficio de Cartagena en todos sus aspectos, especialmente en el turístico.

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