Visitantes a los restos arqueológicos del Molinete en 2006 ante el último bar que quedaba en pie del viejo barrio chino, el Kenctucky. Foto: Pablo Sánchez / AGM
EL TÍO DEL SACO

El Molinete en carne viva

JOSÉ SÁNCHEZ CONESA

Miércoles, 9 de enero 2013, 11:44

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Traemos hoy a este rincón de la memoria un libro escrito por Francisco Mínguez Lasheras, periodista que firmó muchas columnas en este mismo diario y ha escrito numerosos libros sobre Cartagena y nuestras procesiones, de las que es un gran experto. El texto en cuestión se titula 'El Trianón, el Gato Negro, La Puñalá… (o el Molinete en carne viva)' y fue editado en 1998. Don Casimiro Bonmatí Limorte, medico humanista, dermatólogo y especialista en enfermedades venéreas, escribió un prólogo, que no tiene desperdicio. En él nos relata la leyenda fundacional de Roma, cuando unos niños abandonados, Rómulo y Remo, son recogidos y amamantados por Acca Larencia, prostituta apodada la Loba, en latín 'lupa', de ahí lupanar (casa de prostitución). El oficio más viejo del mundo. Don Casimiro aboga por las historias prohibidas, necesarias para entender el devenir de los pueblos, por ello aplaudió el trabajo de Paco Mínguez, por encima de falsos moralismos.

Venus es la diosa del amor y de la muerte, precisamente el óbito es una de las posibles consecuencias de las venéreas, enfermedades llamadas así en honor a la divinidad romana. El doctor Bonmatí atendió durante muchos años, en calidad de director, el Dispensario Antivenéreo de Cartagena. Por ello sostuvo un estrecho contacto con las profesionales del barrio del Molinete. Mucho trabajo para este médico cuando atracaba la VI Flota americana con sus tres mil marines, desde Alicante venían autobuses con prostitutas de refuerzo. Y un gran alivio cuando paseaba algunas tardes por el puerto y lo hallaba vacío de barcos. Detrás de cada una de aquellas meretrices siempre había un drama personal, una historia triste y sobre todo personas en carne viva. Muchas de ellas daban auténticas lecciones de virtudes humanas, como 'la Galatea', de la que escribió el galeno: «En ella descubrí algunos detalles de auténtico señorío que, a veces, he echado de menos en encopetadas damas de nuestra ciudad».

La fama del Molinete era tal que durante una visita de Francisco Franco a Cartagena, se oyó desde el balcón de la Capitanía General, un grito entusiasmado de uno que escuchaba su discurso: «¡Vivan tus cojones!» El Caudillo se volvió a su amigo el almirante Bastarreche y le comentó: «Este tiene que ser del Molinete». A lo que replicó Bastarreche con socarronería: «Paco, ¿tú también has estado?!»

Pero adentrándonos en la historia, sabemos que en la calle Honda, muy cerca del Molinete, se descubrieron unas termas romanas, en dónde era costumbre que acudieran hombres y mujeres para practicar sexo, pagado. Siglos después, nos cuenta Mínguez, que el 11 de julio de 1569 se recibe en el Concejo (Ayuntamiento) una petición para abrir un establecimiento de mancebía. Se indica al solicitante que la abra «alindando con las murallas fuera de la Puerta de Murcia, en el barrio de la Morería, junto al Molinete».

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El cronista Isidoro Martínez Rizo dejó escrito que en 1738 se construyó en las inmediaciones de la plaza de la Aurora una espaciosa vivienda destinada a «posada del amor». Son muchas las noticias que la prensa escrita recoge sobre puñaladas, crímenes y escándalos en el barrio chino cartagenero. Una de tantas ocurría el 20 de febrero de 1915, donde murió Joaquín Pérez Alcaraz, debido al apuñalamiento del marinero Vicente Bruig en la puerta del café La Puñalá. «El barrio del Molinete, / no lo pasean chavales; / lo pasean buenos mozos/ con navajas y puñales».

Tradición taurina

También el barrio tuvo resonancias taurinas y flamencas, residiendo en la plaza de la Aurora dos banderilleros de la cuadrilla de Gavira: Castizo y Morito. Tal y como cantaba la copla: «En la plaza de la Aurora/ están las niñas toreras, / y subiendo hacia el Molinete/ también hay banderilleras». En ese mismo año de 1915 se publicitaba el café cantante El Trianón, caro e importante, donde actuó el cantaor jerezano José Cepero y la primera banda de jazz que llegó a España.

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Siguiendo las páginas del libro de Mïnguez podemos contemplar un desnudo de Caridad Norberta Pacheco Sánchez, Caridad 'la Negra', amante de José Maestre Pérez, ministro conservador, y de Casto Fernández, alcalde del partido liberal. Además fue muy amiga de Bastarreche. La fotografió José Casaú y esa imagen sirve también de portada. Así entendemos que el apodo le viniera por el color de su pelo y de su piel. Fue modelo del pintor Ussel de Guimbarda para la Magdalena penitente de una de las pechinas de la Iglesia de la Caridad. La otra prostituta más famosa fue la Galatea, por el buque escuela la 'Galatea', que arribó en el puerto en julio de 1930. Mínguez relata que el faro de San Pedro es conocido por el faro de la Curra porque según la tradición oral se asentó allí una casa de citas que regentó una supuesta Curra.

Pero lo que llegó hasta nosotros, lo que muchos hemos conocido, fue un Molinete degradado, arrasado y en demolición. Una sombra esperpéntica de su esplendor y bulla, que dejó su lugar para un parque arqueológico que ahora visitan familias enteras.

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