La UCAM logra el respaldo con condiciones del Consejo Interuniversitario

La Universidad Católica (UCAM) ya toca con la punta de los dedos su ansiada aspiración de impartir el grado de Medicina. No hubo sorpresas ayer en el Consejo Interuniversitario (salvo la ausencia de los presidentes de los consejos sociales de las dos universidades públicas, que en poco o nada hubieran alterado el resultado), y el presidente de la universidad privada, José Luis Mendoza, regresó al campus de Los Jerónimos con el informe favorable a la titulación debajo del brazo.

«Por mayoría absoluta», llegó a decir Mendoza al término de la reunión, en un arranque de entusiasmo. No tanto, ya que en realidad el informe resultó favorable a la UCAM por siete votos a favor, cinco en contra y una 'abstención', la del consejero Ballesta, quien ya había anunciado que quedaría eximido de opinar y de votar en atención a un dictamen de los Servicios Jurídicos de la Comunidad, en el que se advierte que su participación en el proceso podría ser objeto de recusación porque desde que Ballesta era rector de la Universidad de Murcia (UMU), mantiene una oposición irrenunciable a la duplicidad de titulaciones, y en concreto, a la impartición de Medicina por la UCAM. Tal y como adelantó la semana pasada este periódico, el rector se apoyó en ese dictamen, y cuando el Consejo Interuniversitario comenzó a tratar la cuestión, informó a los asistentes de su 'retirada' del asunto. El consejero no se ausentó de la reunión, pero no volvió a intervenir, y desde ese momento ostentó la presidencia en funciones del consejo el director general de Universidades, Eduardo Osuna.

La esperada reunión del consejo, asesor del Gobierno regional en asuntos universitarios, se alargó más de cuatro horas, con momentos subidos de tono, discusiones entre los asistentes y mucha tensión. El dictamen de este organismo, en el que están representadas todas las universidades, los partidos políticos y otros agentes sociales, no es vinculante, pero sí preceptivo para que el Consejo de Gobierno pueda aprobar el viernes la autorización definitiva para la universidad privada. El beneplácito del Ejecutivo regional será, ahora sí, el último paso que le resta a la UCAM por completar su camino, dado que ya cuenta con el visto bueno de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (ANECA) y del Consejo nacional de Universidades.

En las actas de la reunión quedaron también fijados por escrito los compromisos que la UCAM asume para lograr el beneplácito, y que fueron 'pactados' por el presidente de la institución católica y el consejero de Universidades hace unos días en un encuentro privado. El acuerdo Ballesta-Mendoza establece que la UCAM solo podrá ofrecer plaza a 45 alumnos por curso, la mitad del cupo al que aspiraba Mendoza. Este requisito ya fue impuesto también por la ANECA entre sus condiciones para emitir un informe favorable, así que la UCAM contaba con ello. La Universidad Católica deberá plegarse también a la condición de seleccionar a sus 45 alumnos entre los que mejores calificaciones de Selectividad presenten. La principal causa de rechazo al título de Medicina en la UCAM por parte de las públicas también se aligera en este acuerdo: los alumnos de la pública tendrán siempre preferencia sobre los de la privada en las prácticas clínicas en hospitales y centros de salud públicos de Murcia. Los estudiantes de la nueva titulación de la UCAM se formarán «preferentemente en los hospitales y centros de salud del Área de Salud de Cartagena y en los hospitales privados de Murcia La Vega y San Carlos», así como en el resto de los hospitales públicos y centros de salud de la Región, «siempre y cuando exista disponibilidad de camas y los servicios asistenciales no estén siendo ocupados por alumnos de la Universidad de Murcia».

El aumento del precio de las tasas (que se encarecen entre 1,73 euros y 1,49 euros por crédito y año) y el visto bueno a once máster y otros grados, como Criminología y Relaciones Laborales en la Universidad Católica, también fueron aprobados por el Consejo.