«Llegué aquí tras un conato de cólera»

Cespa sorprendió ayer con un caluroso homenaje al funcionario Antonio Valencia Rubio, de 66 años, uno de los empleados públicos más queridos del Ayuntamiento de Murcia. Su familia y compañeros de tareas quisieron acompañar al alcalde en este reconocimiento público a este ingeniero técnico industrial, nacido en Zarza de Granadilla (Cáceres), quien recordó a esta redacción que llegó a Murcia en 1970 tras un conato de cólera. «Yo llegué aquí como encargado de una empresa para hacer el Plan de Saneamiento, con el que hicimos las depuradoras de Beniaján, Zeneta, Zarandona, Espinardo, El Palmar, El Siscar, etc». Valencia, que padece una fibrosis pulmonar y se encuentra de baja -pidió seguir trabajando hasta los 70 años-, recuerda que su estado actual lo ha provocado un accidente que le ocurrió en diciembre 1975, mientras construían la depuradora de Beniaján. «Caímos cuatro compañeros al intentar cerrar una válvula, pero inhalamos gases y tenemos secuelas». Valencia trabajó como funcionario de la Casa Consistorial, en Emuasa, en la Oficina Técnica de Arquitectura, en tráfico y transportes y limpieza viaria, y fue miembro de la Junta Municipal del Carmen. El alcalde, el gerente de Cespa, Antonio Igualada, y el edil José Ros elogiaron su impagable aportación al municipio.