«En Madrid van a ver a un torero con una entrega insuperable»
Rafaelillo. Matador de torosEl diestro murciano vuelve esta tarde a Las Ventas para confirmar el triunfo del pasado San Isidro
FRANCISCO OJADOS
Jueves, 12 de mayo 2011, 05:23
La pasada edición de San Isidro tuvo un nombre propio: Rafaelillo. El torero murciano cortó el 9 de mayo una oreja y pudo pasear tres de no fallar en las espadas. Recibió un sin fin de premios y se abrieron las puertas de muchas ferias. Rafaelillo vuelve esta tarde al ruedo de Las Ventas. Lo hace tras pasar el domingo por La Maestranza de Sevilla, en donde se ganó el respeto de la entendida afición sevillana ante una corrida de Miura que tuvo grandes complicaciones. 'La Verdad' le despidió en la puerta de su casa, cuando el diestro comenzaba ayer, después de comer, su viaje a Madrid. Un viaje en busca de la gloria.
Asegura el del Barrio del carmen que a Madrid «voy muy ilusionado y a la misma vez responsabilizado. El público de la capital de España ya me ha visto tardes buenas y tiene el recuerdo de la del año pasado con los toros de Dolores Aguirre. Se tienen que reunir muchas circunstancias para superarla pero mi idea es mejorarla. Lo más importante es la actitud y a mí me van a ver con mucha para hacer las cosas bien».
-El domingo toreó en Sevilla y sin tiempo para pensar está su cita con Madrid.
-La tarde de Sevilla con la corrida de Miura ha sido importante. Los toros fueron de los peores de mi carrera. Dar en Sevilla una vuelta al ruedo y que te pidan la oreja con ese lote no es fácil. He puntuado en esa plaza y eso es lo principal. Seguido está Madrid pero no me pilla de sorpresa, me coge seguro y con madurez y la preparación está hecha desde el invierno.
-Sin embargo comenzó la temporada de forma rara en las Fallas de Valencia. Cogió un cabreo monumental.
-Yo era consciente de lo que cuesta entrar en estas ferias. En el primer toro estuve profesional y digno, pero el público no le dio importancia por su flojedad. El segundo se cayó dos veces y el presidente no lo quiso devolver a los corrales. Cuando ví que se me iba la oportunidad, y no era por mi culpa, me decepcioné y sufrí impotencia. Fueron dos gestos pero por la televisión lo repitieron muchas veces, y pareció que era más. Luego en Castellón fue la cosa mucho mejor.
-¿Pero ha aprendido que no se puede enfadar uno en público?
-Soy una persona de carácter y de impulsos, pero es una lección. Hay que aprender y asumir que cuando las cosas no vienen como uno desea hay que mantenerse templado.
-La temporada es de mucha responsabilidad. Todo ferias de primera: Valencia, Castellón, Sevilla. Ahora, Madrid, Nimes y Vic-Fezensac en Francia. No hay ni una para relajarse.
-Tuve una en Priego de Córdoba. Una de Miura. Me relajé con una de Miura -ríe-. Hice una faena extraordinaria, y disfruté mucho.
-En Vic-Fezensac tiene una corrida curiosa. Un mano a mano de ganaderías, con toros de Miura y Victorino.
-De las duras son las dos ganaderías estrellas. Son totalmente opuestas. Hay que plantear la corrida para cuando se mate al primero cambiar el chip para el segundo. El de Miura es un toro que no humilla, que pide una distancia; y el de Victorino es lo contrario, viene humillado, la colocación que pide es distinta.
-Es un especialista en Miura pero un triunfo con el de Victorino podría aflorar otro registro de Rafaelillo.
-De Miura he matado ya 22 corridas y de Victorino sólo tres. Es cierto que me pueden ver más como un especialista de corridas de Miura, pero el de Victorino es un encaste que se acopla muy bien a mi concepto del toreo de mano baja, alargando las embestidas y ligando. Es una corrida que va tener expectación, televisada, y que también me tiene ilusionado. Va a ser un acontecimiento.
-En Francia se ha ganado un cartel. Allí han sabido defender la fiesta.
-Son un ejemplo. Muchos profesionales decimos que son aficionados de libro, pero siendo España la madre de la fiesta, tenemos que aprender de ellos. Son más trabajadores, serios en sus planteamientos y en la gestión. La filosofía de los franceses es más avanzada.
-¿Quizás vendría bien a los aficionados españoles una visita a Francia?
-A todo el mundo, empezando por los empresarios. Allí se respetan más los triunfos de los toreros. Hay menos intereses creados en los despachos. Funcionan las comisiones de aficionados, que imponen sus gustos. Son rigurosos en la seriedad del toro y en la confección de los carteles. Eso hace que las plazas estén llenas porque atienden al aficionado, al cliente que va a ir a la plaza si le interesa el espectáculo. Eso en España cuesta más. Es la causa por lo que en Francia la fiesta está en auge. El día que la gente deje de sacar una entrada para ir a los toros nos vamos todos a casa y eso nuestros vecinos lo tienen presente.
-Volviendo a lo sucedido en Sevilla el domingo, ¿cómo se le puede dar una larga cambiada y torear a la verónica cargando la suerte a un toro de Miura de 600 Kilos?
-Con actitud. En Priego le di una larga cambiada a uno y me cogió. Lo importante, como todo lo que se hace en la vida, es la entrega. Si tú te entregas en tu profesión alcanzas el triunfo y para hacer todas esas cosas y ante toros tan difíciles como los que yo tengo que lidiar es indispensable.
-En Priego le cogió uno, pero en Sevilla le cogieron los dos y se escapó de milagro. El traje terminó hecho unos zorros.
-Lo estrenaba esa tarde y me va a costar más el arreglo que hacerme uno nuevo -vuelve a reír Rafaelillo-.
- Pero sabía que lo iba a coger y usted siguió allí.
-Estaba en Sevilla. Prefieres que no te coja, pero hay que asumir ese riesgo. Si te coge un toro porque estás entregado de verdad. Un torero tiene que sentirse hasta orgulloso. Hay que cruzar esa raya si quieres que te valoren. Se pasa mucho miedo, pero sabes que tienes que dar ese plus y ser consciente cuando te vistes de torero que no sabes si vas a volver al hotel o no.
-En Madrid lidia la corrida de Escolar. Algunos los llaman los 'vitorinos' malos.
-Son del mismo encaste, pero&hellip En Bilbao toreé uno muy bien y en Francia otro, pero algunos me han hecho pasar mucho miedo. Tengo claro que es una tarde de mucha responsabilidad en la que debo que estar con la cabeza muy despajada.
-Deja aquí a su mujer que dará a luz el mes que viene (momentos antes del viaje han estado montando la habitación del bebé). ¿Cómo se va uno sabiendo que va a jugarse la vida?
-Me voy soñando en el triunfo. Me sirve para darme fuerzas. Si esto te afloja estás perdido. Mi familia, mi mujer y mi hija me sirven de estímulo para hacer el esfuerzo y matar estas corridas. El día que eso no sea así, que me cueste trabajo salir de casa para ir a torear, dejaré la profesión.
-¿Cómo son los momentos antes de saltar a la plaza? ¿Se pasa miedo?
-El miedo siempre está presente, pero es bonito porque te hace sentirte torero. Lo que no puedes dejar nunca es que el miedo se apodere de tí. Es muy importante mantener la mentalidad positiva para dominar ese miedo. Ahí está el valor, en ser consciente del riesgo y superar ese miedo, con la seguridad de que eres capaz, con tu capacidad y tu arte de superar las dificultades.
-¿Cómo definiría el toreo?
-El toreo es un arte. Y como la pintura tiene muchas maneras de expresión. El arte es emoción. Se puede emocionar con la épica, con la belleza, con la lírica.
-Son bastantes los aficionados de la Región que van a Madrid a verle.
-Eso en muy bonito. Lo pueden ver cómodos por la televisión y que cojan el coche supone un apoyo y te obliga a no decepcionarles.
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