ZOE da nueva vida a las noches
ÁNGELA DE LA LLANA angela.delallana@cartagena.es
Domingo, 5 de septiembre 2010, 02:54
Termina el verano pero no las ganas de divertirnos y compartir unas horas de ocio con los amigos. Por ello, y porque Cartagena necesita una mayor oferta nocturna Gregorio López se ha animado a sacar adelante ZOE, un local de copas en el que nada se ha dejado al azar y que promete convertirse en uno de los lugares imprescindibles del otoño.
Comenzó llamándose Ikebana y se rebautizó El Mickey, pero desde el pasado jueves el local, ubicado en la calle Jiménez de la Espada de Cartagena, recibe el nombre de ZOE (lleno de vida). Y lleno de vida nació el proyecto porque, pese a que el viernes había que trabajar y aun había gente en las playas, nadie quiso perderse la convocatoria de este empresario de la noche al que todo fueron elogios y alabanzas.
«Es un tipo genial y se merece todo tipo de éxitos» comentaba en la puerta del establecimiento el propietario de Los Habaneros, Paco Morales, que llegó acompañado al sarao con su nuevo chef, Alejandro Costa. A la conversación se añadieron amigos como Mariano Brel, que llegó con el presidente de la Cámara de Comercio de Cartagena, Miguel Martínez, quien se mostró «orgulloso de que la hostelería vea nacer nuevos negocios como este».
El local, sabiamente remodelado por Arturo Rubio, ha sido redecorado con elementos como la madera y el cristal «para darle una mayor frescura al espacio de forma que los clientes se puedan sentir cómodos», explicaba Rubio. El decorador, llegado de América hace un año, se ha afincado en Cartagena y está especializado en rehabilitar y construir locales de ocio.
Una de las apuestas más fuertes que hará el local será la selección musical, «algo muy importante para tener un sitio de calidad», según Bruno Devesa, que se encarga de la música de otro local de reciente apertura, Plaza, propiedad del conocido empresario Marcelino Solana. «La música de los ochenta y los noventa es la base de todo lo que se hace ahora», aseguraba Bruno.
La cita congregó a centenares de amigos, llegados incluso de fuera de Cartagena. Javier Enríquez, un joven aparejador de Madrid que reside en la ciudad hace varios años, aseguraba que «aquí lo que hace falta son locales como este, porque a la hora de la diversión no hay mezcla de edades en los locales y eso no es bueno». Acompañado por unos compañeros de trabajo, Irma y Juan María, no quisieron perderse el evento pese a que se marcharon a trabajar pocas horas después.
Muy animada, y dispuesta a afrontar el invierno con energía, vimos a la cirujana estética María del Carmen Martínez Poyato, acompañada de Mari Lorente y Carmen Sáenz de Elorrieta. Ellas, como Susana Sánchez Ferragut y Josela Artés, comentaban que el lugar «tendrá éxito seguro porque no hay nada que no coja Gregorio que no tenga un éxito arrollador».
Gregorio, que lleva 25 años de su vida dedicada a la noche y a sacar adelante lugares de marcha como La Calle, de la Cuesta de la Baronesa, se lamentaba de que la ciudad carece de una buena oferta de ocio, una opinión que compartían con él Pedro López, Isabel Nieto, María Gre Martínez, Mariela López, María Añino y Lucía Gallardo.
La opinión generalizada de que son necesarios lugares nocturnos para un tipo de gente más madura es compartida por todos los que acudieron a la inauguración, como la empresaria Consuelo Marco que estaba acompañada de amigos como Juan Antonio Alonso, Santiago Acosta y Esther Alonso.
El local cuenta con un relaciones públicas nigeriano, Scott, que viene de Málaga y que está dispuesto a amenizar las noches de los clientes. Tampoco falta Alejandro, el encargado de la seguridad, un joven cachas y preparado que estaba pendiente de que la noche resultara perfecta. Mientras, Gregorio contaba con nostalgia, mientras esperaba a sus invitados en la puerta del local, que «pese a tener una gran ilusión con el proyecto la época de la Cuesta de la Baronesa nunca se podrá recuperar porque fue única».
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