
A. CREMADES
Lunes, 10 de mayo 2010, 13:01
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Merecía Molina de Segura después de tanta desaparición, descensos en varios deportes y muchas historias antideportivas, algo así como lo que sucedió ayer en el Sánchez Canovas.
Ambiente de gala y cita histórica, acudieron en masa los aficionados hasta las gradas llegando a rozar los casi mil quinientos que hacían que el color azul dominase el cemento.
Se palpaba la tensión en ambos equipos, sobre todo porque unos se jugaban mucho y los otros no querían ser comparsas. Pero ayer el Molina desde el inicio ha dejado claro porque y para que estaba diseñado este equipo, solo un objetivo ascender, objetivo cumplido y por la vía rápida 'los blues' vuelven a ser de Tercera División y en esta ocasión como decía su presidente Juan Cutillas «llegamos a Tercera como mínimo para quedarnos». Un presidente que terminó en la ducha, así como todos los directivos y jugadores, la fiesta que llevo a toda la plantilla a celebrar primer en el campo y después hasta altas horas de la madrugada en una sala de fiestas de la localidad molinense.
Es difícil decir algo de un encuentro de esta categoría que no haga alusión a los 1.500 aficionados en las gradas, cuando hay muchos campos de Segunda División B que nunca registran tanta asistencia.
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